La Habana.- El luchador grecorromano cubano Mijaín López culminó París 2024 con una doble dicha- convertirse en el primer atleta olímpico en lograr cinco oros consecutivos en una misma disciplina y terminar así una larga carrera sin conocer la derrota en unos JJ.OO. desde su debut, en Atenas 2004.
López, a punto de cumplir los 42 años, inscribió su nombre con letras doradas tras coronarse este martes en la categoría de 130 kilos, al derrotar por 6-0 al chileno de origen cubano Yasmani Acosta.
La japonesa Kaori Icho era hasta hoy la única deportista con cuatro oros en lucha.
El triunfo de López no tiene comparación en la era contemporánea de los deportes olímpicos.
Ni siquiera otros grandes de las citas estivales como el velocista jamaicano Usain Bolt o el nadador estadounidense Michael Phelps alcanzaron los cinco oros en una misma disciplina en Juegos distintos.
El ahora pentacampeón olímpico cierra un ciclo profesional soñado. En los últimos 20 años ha sido la cabeza de cartel del deporte cubano.
No ha sido en balde. Su perfil es una representación de lo que el país caribeño, la gran potencia olímpica en América Latina, busca proyectar en el mundo como modelo deportivo. De hecho, el atleta es militante del Partido Comunista (PCC, único legal en la isla) y diputado.
Sus inicios
Sus orígenes son humildes. El ‘Gigante de Herradura’ nació en agosto de 1982 en el municipio de Consolación del Sur (88.000 habitantes) de la provincia occidental Pinar del Río en el seno de una familia rural en el corazón tabacalero de Cuba. Como muchos niños de su época interesados en el deporte, su primer contacto fue el béisbol, el pasatiempo nacional en la isla.
Pero poco después sus profesores notaron que aquel joven -que terminaría por convertirse en un gigante de 1,98 metros y 130 kilos- tendría futuro en la lucha. Su debut olímpico fue hace 20 años en Atenas, cita en la que quedó en quinto puesto. Desde entonces no volvió a perder un solo duelo. Su hermano Michel, por otro lado, ganó bronce en boxeo.
Desde entonces todo fue sabor dulce para el pinareño- cinco campeonatos mundiales y cinco medallas de oro panamericanas. “Ha sido una carrera deportiva muy larga (…) (Estoy) contento de ser el mejor atleta de Cuba y del mundo”, aseguró este martes a la televisión estatal de su país poco antes de subirse al podio.
Ciclo atípico
A pesar de que López ha conseguido sus medallas de oro con cierta facilidad, el camino para inmortalizarse en la historia del deporte en París no fue sencillo. Los Olímpicos en la capital francesa han sido su única competencia importante en tres años.
El luchador cubano no participó en los Panamericanos de Santiago de Chile 2023, porque consideró que su preparación no alcanzó el nivel ideal para competir en la justa.
Tras los Panamericanos de Lima 2019, el cubano tuvo que lidiar con las lesiones, normales al paso de la edad y por su propio peso. Su entrenador, Raúl Trujillo, a quien, como es costumbre López tiró al suelo durante su celebración en París, avanzó desde 2022 cuál era el plan. “La idea que tenemos es no presentarlo en los eventos que tendremos en el 2023, ya no tiene sentido sacrificarlo para los Centroamericanos y los Panamericanos, además tendríamos la posibilidad de estimular otras figuras”, adelantó a la prensa estatal cubana.
El ‘Gigante de la Herradura’ también tuvo que renunciar a ser el abanderado de Cuba en París -lo había sido en las cuatro citas previas- para seguir su entrenamiento en la ciudad búlgara de Teteven hasta poco antes de su debut. El ciclo olímpico fue atípico y cuesta arriba. Pero López puede retirarse con la calma de haber cumplido la misión.