Más de 100,000 personas marcharon por la capital de Bielorrusia por noveno domingo consecutivo para protestar contra el líder autoritario del país, cuya reelección consideran fraudulenta.
Los manifestantes exigen la salida del presidente Alexander Lukashenko y la liberación de los presos políticos. La policía usó camiones con cañones de agua para tratar de dispersar a los manifestantes, pero estos permanecieron en el lugar. Un video muestra cómo un grupo de alzados se acerca a uno de los camiones, abre una portezuela lateral y saca piezas de adentro. La prensa local reportó que el vehículo se fue.
Unas 120,000 personas participaron en la protesta, según la organización de derechos humanos Viasna. Han estallado numerosas protestas en Bielorrusia desde hace casi dos meses, la mayoría de ellas los domingos.