Washington.- Miles de estadounidenses rechazaron hoy, en una protesta organizada en Washington a un par de calles del Capitolio, los recortes anunciados por su presidente, Donald Trump, de casi 7.000 millones de dólares en vivienda social.
Bajo el lema de “los (re)cortes de (Ben) Carson matan”, en relación a la antigua profesión como neurocirujano del actual secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD, por su sigla en inglés), la “marcha de los inquilinos” se movilizó para luchar por sus hogares y no perder las ayudas federales que les permiten pagarlos.
En más de una decena de autobuses provenientes de Nueva York, Boston, Los Ángeles, las zonas urbanas de todos los rincones del país y algunas zonas rurales, los inquilinos de viviendas sociales y sus aliados, entre los que había varios legisladores demócratas, alzaron sus voces en Washington.
“Luchamos porque estos recortes pueden dejar desamparadas a unas 250.000 familias estadounidenses que perderían su subsidio para pagar alquileres, por encima de las posibilidades de cualquier persona con un salario mínimo, y les limitaría su estancia en viviendas públicas”, aseguró a Efe la subdirectora de la Comunidad de Nueva York para el Cambio, Renata Pumarol.
La primera propuesta presupuestaria integral presentada en mayo por el Gobierno de Trump, contempla un recorte de 6.822.500.000 dólares para el HUD. Esta propuesta, que debe ser aún aprobada por un Congreso, incluye la eliminación de los programas Subsidios Globales de Desarrollo Comunitario (CDBG) y el de ayuda a la compra y al alquiler de viviendas HOME, que en la actualidad tienen partidas de 3.000 y 950 millones de dólares, respectivamente.
Para Pumarol, una de las organizadoras de la movilización más masiva de los últimos años de residentes en viviendas sociales, el objetivo es lograr viviendas asequibles para la gente trabajadora y que, hispanos y afroamericanos en las zonas urbanas pero también gente blanca empobrecida de las áreas rurales, puedan vivir en “condiciones dignas».
“La vivienda es un derecho humano básico. A todos, sin importar la clase social, el origen, el género, la orientación sexual, la raza o la etnia, nos corresponde poder vivir con dignidad”, dijo la senadora de demócrata Elizabeth Warren en la protesta. Cheryl Semnack de Boston (Massachussetts), una mujer que hace apenas un año recibió vivienda social tras 20 años en la lista de espera y ocho meses durmiendo en la calle, ahora teme volver a encontrarse sin un techo bajo el que vivir. “No puedo volver a la calle. Tengo tres hijos y soy discapacitada”, lamentó entre lágrimas a Efe.
Por su parte, Emma Monteyana, una mexicana que lleva 35 años en Los Ángeles y que es activista de la Alianza para el Empoderamiento Comunitario de California, explicó a Efe que viajó hasta la capital federal para defender a los “pobres de los que los ricos se vuelven a aprovechar». “Lucharemos porque estos recortes y estos abusos no se produzcan.
La masa tenemos que salir a las calles y reclamar nuestros derechos a una vivienda y una vida digna”, dijo a Efe Karina Debora, una peluquera dominicana que vive en Nueva York en un apartamento social desde hace cinco años.