Cientos de millones de dólares de bancos internacionales invertidos en las pasadas reformas, sirvieron para crear sistemas de salud y seguridad social disfuncionales. Cambios que beneficiaron poco a la gente, pero produjeron una gran masa monetaria. A 25 años de crearse la Comisión de Reforma del Sector Salud, las mortalidades evitables, no mejoraron como esperábamos.
Las pasadas reformas del sector salud gestaron la separación de funciones entre rectoría, financiamiento y provisión de servicios. Este distanciamiento de competencias, tuvo sus virtudes en materia de desconcentración del gasto, sin embargo, la ley 123-15 y decreto 379-14, empequeñecieron la estrategia de atención primaria, y extendieron el mercado del aseguramiento en salud. Una nueva reforma permitirá la gestión racional del presupuesto de salud de 123 mil millones, sumados a los recursos que podrían obtenerse de un pacto nacional que reoriente una parte del lucro de las ARS, hacia la estrategia pública de atención primaria.
En la práctica, la separación de funciones reforzó las ARS como dispositivos para facilitar el mercado. Generar en cada intermediación, márgenes de lucro, produciendo rentabilidades cuyo fin, más que salvar vidas, es acumular capital financiero.
Leer también: Senén Caba: «El Gobierno tiene que sentarse con el sector salud»
Lo sensato es que la atención primaria y gestión del primer nivel, regresen al Ministerio de Salud. El SNS que asuma los hospitales que consumen más del 50% del presupuesto. Si República Dominicana se convirtió en referente mundial del buen manejo de la pandemia, el éxito se debió a que el este ministerio, agarró la atención primaria por los cuernos.
Contó con el sostén gerencial del gabinete de salud y el soporte financiero de la presidencia, órgano que realizó una inversión financiera que debiera sostenerse.
La atención primaria que anhelamos necesita al menos la mitad de los 28 mil millones de pesos invertidos en vacunación y pruebas del covid-19. Quién puede aplicar esta estrategia como se debe, si sólo 5 de cada 100 pesos del sector público, se invierten en el primer nivel.
Relanzar la atención primaria podría impactar 80% de los casos que demandan servicios en hospitales terciarios especializados y de segundo nivel. Subrayamos, que la separación de funciones y creación de organismos espurios, terminaron de complejizar, gestiones que debieron ser básicas y elementales para salvar vidas. Por ejemplo, para proteger parte clave de los 46,786 dominicanos que anualmente mueren de infartos, derrames cerebrales, cánceres y diabetes. Una buena atención primaria impone reorganizar el gasto en salud.
Aportar programas innovadores y garantizar recursos humanos de calidad. Gestores para diagnosticar y resolver problemas mortales. Determinarlos a tiempo, en los tres niveles de atención. En las unidades de atención primaria y en los centros de primer nivel.