La ex legisladora Minou Tavárez Mirabal envió una carta al ex presidente y candidato presidencial Leonel Fernández, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en la cual lo acusa de ser corresponsable de lo ocurrido con él en las elecciones primarias del pasado seis de octubre, al no preocuparse en sus períodos de gobierno de «la falta de limpieza y equidad» del sistema de la Junta Central Electoral.
A continuación la carta:
LO QUE ES IGUAL NO ES VENTAJA
A Leonel Fernández
Caramba, Leonel Fernández, caramba, profesor. ¿Quién le iba a decir que la falta de limpieza y equidad del sistema -que nunca como presidente usted se ocupó de apoyar y desarrollar- iba a terminar mordiéndolo a usted mismo?
Verdad, profesor, que lo que es igual para todos (la ausencia de democracia, la normalización de la corruptela, el fraude crudo a pleno dia, el chanchulleo a quemarropa), pica, duele, hace roncha, por no decir que apesta e indigna.
Hoy usted, Leonel, ex presidente de la República aspirante a un cuarto período, se me parece a cualquier hijo de vecino, al obrero que perdió un brazo en una guillotina industrial sin nunca poder recibir un seguro social por daños y perjuicios y que hoy siembra aguacates. Hoy ese obrero y Ud. se me parecen tannnnnto, profesor.
¿Sabe en qué se me parecen? En que ambos –usted, con su denuncia de fraude de “me han quitado mi victoria, han hackeado los cómputos, han usado el aparato del gobierno para comprar a mis seguidores”, y el obrero sin pensión- carecen de derechos. Y ¿sabe por qué, Sr. Fernández? porque los últimos gobernantes y funcionarios que han administrado este país, incluyéndolo a usted mismo y sus tres períodos, tuvieron la genial idea de impedir la democracia tanto, tanto, tanto, que cada vez se ven más lejanas las posibilidades de tenerla.
Fíjese por ejemplo, Leonel, que estas primarias ya hedían mucho antes de empezar. Porque quienes han detentado el poder y sus cómplices para el proyecto autoritario y para construir un bipartidismo a como dé lugar, vieron a las organizaciones políticas emergentes como un peligro y nos sacaron de unas primarias que habían sido concebidas exclusivamente para ustedes, los partidos grandes, como el propio incumbente del órgano electoral no tuvo reparos en decirnos.
Las posibilidades que esa participación abría al pueblo dominicano para que apostara por una verdadera alternativa fueron cerradas y se nos impidió que utilizáramos la única puerta democrática que dejaba abierta la nefasta ley de partidos. Con esa violación ya declarada inconstitucional, le robaban al pueblo dominicano, la posibilidad de gozar de una oferta política mas variada, rica, incluyente, y sobre todo, señor Fernández, justa.
El deber de los verdaderos demócratas era garantizar que en esas primarias todas las organizaciones políticas que creen todavía en este país pudieran participar, sin importar su tamaño.
Menos mal que aún quedan espacios para comunicarme públicamente en este momento con usted, Leonel. Ahora que, como hechos insólitos, usted como presidente del PLD denuncia por fraude a su propio partido, mientras por otro lado algunos altos dirigentes de ese mismo PLD -como si todavía estuviéramos en la época de las dinastías- justifican la escogencia de este “delfín” con el argumento de que no hay peligro de que se convierta en tiburón y amenace al monarca.
En fin, Leonel, le haya ocurrido lo que le ocurrió o no, la situación política que estas primarias patentizaron es que el post trujillismo, el sistema del fraude, de la compra de voluntades, de la corrupción y la impunidad, de la falta de legitimidad, ha expresado sus últimos estertores aprobando unas leyes antidemocráticas que le garantizaran a sus viejos partidos tratar de reciclarse legalizando las mismas prácticas corruptas que decían combatir.
Fuimos testigos el domingo de algo que ya sabíamos: aquí las elecciones se ganan con cuartos, con cuartos y con cuartos. El reparto de cantidades obscenas de dinero en las mesas para conseguir votantes, o el uso de recursos públicos y el abuso de propaganda en las semanas previas a la celebración de las primarias superó con creces esas mismas prácticas fraudulentas y antidemocráticas de ocasiones anteriores.
Lo que han hecho con total descaro no es nuevo. Lo hemos padecido en carne propia una y otra vez. Aceptar como válidas las violaciones de derechos -ya sean contra un adversario interno o contra terceros- termina conviertiéndose en un ogro que arrasa hasta con tus propias entrañas.
Lo novedoso es verlo a usted reclamando contra las fullerías y la participación del todopoderoso Estado dominicano, Sr. Fernández. Pero que hayamos vivido la experiencia de la comisión de esos delitos en procesos en los que usted actuaba bajo el manto del poder estatal no justifica que nos quedemos callados, y menos que nos sumemos al coro irresponsable de quienes defienden las trampas llamando despreciativamente “pataleo” al reclamo de que se haga justicia ante violaciones de derechos que son, entre otras cosas, irrenunciables.
El pueblo dominicano también pudo ver -sin filtro, tal y como son- a los dos partidos viejos del sistema actuando como único saben hacerlo: a la fuerza bruta. Nos hemos sentido avergonzados, indignados, desALMAdos ante la nueva evidencia de los vasos comunicantes entre ambos partidos, y resurgen con fuerza las amenazas de que el danilismo y el PRM -que no ha demostrado ser capaz de ganarles a ustedes- lleguen nuevamente a acuerdos para garantizar la impunidad y la rehabilitación de Medina vía la reforma a la Constitución.
Ayer, releyendo el voto razonado de Aura Celeste Fernández (integrante en el 2010 de la entonces Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral) contra la intervención del “Palacio” –cuyo ocupante era usted- para que no se recontaran los votos ante las denuncias de fraude en las elecciones de ese año en Pedernales, me resultó inevitable recordar que de aquellos polvos vienen en parte estos lodos.
La debilidad manifiesta de la JCE a la hora de cumplir con su deber de perseguir el uso de los recursos públicos y controlar el gasto de los dineros provenientes ya sea del empresariado o del narcotráfico tiene en ese caso un claro antecedente.
También esos hechos sirven para entender la denuncia de que a la hora de poner en práctica el voto electrónico la Junta no haya actuado apegada a la ley y a sus propios reglamentos, a sabiendas de que tienden un manto de dudas sobre su capacidad para administrar de manera imparcial y dentro de la legalidad las venideras elecciones del 2020. Pero repito, Leonel, como demócratas verdaderos que somos, no de ocasión ni de cuando nos convenga, estamos en la acera de quienes reclamamos que se llegue hasta las últimas consecuencias en la investigación de lo ocurrido en este proceso de primarias.
Con mafias políticas cada vez más desenfrenadas, nuestra Patria vive momentos de extremo peligro, no solo para usted, Leonel Fernández. Extremo peligro para todos y todas. Nuestro esfuerzo ante la desgracia de quienes actúan con prácticas delictivas y antidemocráticas para alterar la intención del voto debe estar dirigido a recordarle al pueblo dominicano la necesidad de trabajar para impedir que los traficantes de la política sigan haciendo de las suyas para mantenerse en el poder, o que quienes con viejas o nuevas vestiduras y ofreciéndose como los menos malos, pretenden volver a engañar al pueblo dominicano.
Nuestro esfuerzo debe también estar dirigido a garantizarle al pueblo dominicano que hay soluciones a sus problemas, que no estamos condenados a soportar eternamente salarios de miserias, que tampoco vamos a movilizarnos por siempre en un transporte caro, malo e inseguro, que nuestras calles pueden estar iluminadas y que podemos caminar por ellas sin miedo, que para tener un pequeño negocio no hay que gastar todo lo que producimos en plantas eléctricas o en combustible, que es posible tener un gobierno que se empeñe en gobernar por el bien común y no para favorecer a los amigos y aliados.
Las primarias del 6 de octubre pasado le demostraron a muuuuuucha gente que se necesita una alternativa, una salida a esta situación. Si alguna lección queda de la purulencia que exhibieron sus actores, superando incluso su propia descomposición, es que la política en nuestro país definitivamente se tiene que hacer de otra manera.
Porque, Sr. Fernández, como le decía al principio, lo que es igual en este sistema electoral sin garantías democráticas, sin derechos, corrupto y mal oliente, deja de ser ventaja para todas y todos, incluyéndolo a usted.
Atentamente,
Minou Tavárez Mirabal
Vicepresidenta de Alianza País
10 de octubre de 2019