El equipo estuvo en Haití para garantizar la seguridad de las personas directamente relacionadas con el Presidente en ejercicio/Foto:. lakay.press
Puerto Príncipe.- Un contratista de seguridad estadounidense implicado en un caso misterioso que alborota la política haitiana dijo que fue con otros veteranos de guerra a Haití con la misión de proteger a un empresario que firmaba un contrato por más de 50 millones de dólares en el banco central.
Chris Osman, de 44 anos, retirado de los comandos SEAL de la Armada estadounidense, dijo a The Associated Press que él y otros seis contratistas fueron arrestados por la policía haitiana el domingo 17 de febrero por la tarde, durante lo que debía ser un recorrido previo de la ruta que recorrería su cliente al banco al día siguiente.
«Todo salió mal», dijo en la primera entrevista en la que uno de los detenidos dio su permiso para ser identificado públicamente. «No sé cuál es la verdad», agrego.
Osman dijo que él y los demás contratistas —que portaban una docena de fusiles semiautomáticos y pistolas además de teléfonos satelitales y otros equipos— se alejaban del banco cuando los detuvo la policía.
Quedaron detenidos durante tres días hasta que el ministerio de Justicia haitiano los liberó y les permitió regresar a Estados Unidos, donde quedaron en libertad sin que se presentaran cargos.
La liberación sin explicaciones de los contratistas y la naturaleza aun no aclarada de su misión han contribuido al caos político en Haití, donde el presidente Jovenel Moise enfrenta protestas desde hace meses debido a la incapacidad de su gobierno para aclarar el robo y malversación de 2.000 millones de dólares en ayuda petrolera subsidiada de Venezuela bajo el gobierno de su predecesor y mentor, Michel Martelly.
Ni el gobierno de Moise ni la embajadora estadounidense en Haiti, Michele Sison, han explicado la misión de los contratistas en Haiti o el motivo de su liberación, aparentemente violatoria del procedimiento penal haitiano.
Los aliados de Moise en la cámara baja del Parlamento disolvieron el gobierno el lunes al destituir al primer ministro Jean-Henry Ceant horas antes de su comparecencia prevista en el Senado para declarar sobre el caso de los contratistas.
El ministro de Comunicaciones, Jean-Michel Lapin, asumia como primer ministro interino el jueves, pero parecía haber escasas probabilidades que el gobierno llevara estabilidad a un país sacudido por la inflación galopante, la escasez de energía y el descontento popular.
El sitio de noticias The Intercept informó el miércoles, citando fuentes anónimas, que a uno de los contratistas, el ex marine Kent Kroeker, se le había dicho que la misión consistía en escoltar al colaborador presidencial Fritz Jean-Louis al banco central, donde transferiría electrónicamente 80 millones de dólares del fondo petrolero de Venezuela a otra cuenta controlada exclusivamente por el presidente para darle a Moise mayor poder sobre los escasos fondos del gobierno.
Osman dijo que ese informe no coincidía con su experiencia. Dijo que recibió una llamada Hawkstorm Global, una empresa de seguridad con sede en Dallas, Texas, para proporcionar seguridad privada a un cliente de la República de Haiti por 1.000 dólares diarios.
Dijo que solo conoció al cliente cuando arribó a Haití en un vuelo comercial el 16 de febrero y le presentaron a Josue Leconte, un empresario haitiano-estadounidense vinculado con el gobierno de Moise.
La firma de ingeniería civil de Leconte, Preble-Rish, ha realizado negocios millonarios con el gobierno haitiano a lo largo de muchos años, dijo Jake Johnston, investigador del Center for Economic and Policy Research con sede en Washington que ha estudiado el caso de los contratistas.
El socio de Leconte es familiar político del ex presidente Martelly. «Estos no son simples conocidos, sino que desde hace décadas son parientes», dijo Johnston. El único haitiano arrestado en el caso, Michael Estera, es un chofer que trabaja para Preble-Rish desde hace años, dijo su abogado.
Leconte dijo vía telefónica a la AP que no podía hablar sobre el caso y no haría comentarios. Luego cortó la comunicación. En tanto, el vocero Jean Baden Dubois dijo que el gobernador del banco central haitiano estaba en viaje de negocios a Qatar.
Se les dijo a los contratistas que escoltarían a Leconte desde su domicilio en Puerto Príncipe al banco central para firmar un contrato de infraestructura con el gobierno de Moise, dijo Osman, y anadió que se requería la firma de un alto funcionario del banco, razón por la cual se lo firmaba allí.
«Se nos dijo que era un enorme contrato con la compañía (de Leconte)… y que esta compañía provee de contratos de ingeniería al gobierno de Haití y que eran amigos estrechos del presidente y que el dinero era para infraestructura y la reconstrucción de Haití», dijo Osman.
El día del arresto, el grupo de cuatro estadounidenses, dos serbios y dos conductores haitianos subieron a dos autos de Jean-Louis para una misión exploratoria y pasar por el banco para que algunos miembros del equipo hablaran con gente allí y les dijeran lo que hacían.
Dijo que no conoció a Jean-Louis durante su estancia en Haití y que solo escuchó su nombre cuando la policía le preguntó si lo conocía. Dijo que los miembros del equipo Dustin Porte y Talon Ray Burton bajaron del auto para hablar con funcionarios del banco o de seguridad mientras el resto del grupo permanecía en ellos con las armas.
Porte y Burton, y el hermano de este, no respondieron a los pedidos de declaraciones. Cuando se alejaban del banco, un grupo de agentes policiales los detuvo y llamó a sus superiores, dijo Osman.
En ese momento, Leconte y otro hombre identificado por Osman como el líder del equipo y SEAL retirado Mike Phillips llegaron en un auto y Kroeker en otro.
Osman dijo que la policía indicó a Leconte y Phillips que podían irse, y que Kroeker, un ex piloto de KC-130, se quedó con el grupo.
Leconte y Phillips «literalmente nos abandonaron», dijo Osman. Phillips se nego a hacer declaraciones y remitio los pedidos de entrevista a Kroeker, quien no respondio a un pedido de declaraciones.
El grupo quedó en libertad el 20 de febrero. Osman dijo que apareció un agente de policía que abrió la puerta de la celda y los acompañó hasta unos vehículos diplomáticos que los llevaron al aeropuerto.
Dijo que no sabía quien había ordenado o autorizado su libertad. En Miami, dijo, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional los entrevistó a todos por separado durante horas.
«Preguntamos que sucedía», dijo Osman. «Dijeron, ’nada, viejo, no serán acusados de nada… Bienvenidos a casa’