En los mercados, la mirada de la credibilidad está puesta, a nivel regional, en la República Dominicana.
Así lo sugieren las estadísticas que acaba de ofrecer el Banco Central, a través un comunicado hecho público en la mañana del lunes, así como las que horas después compartió el presidente Luis Abinader en LA Semanal con la Prensa.
Lo primero es que el riesgo país, que mide cuan cerca o lejos está una nación de caer en incapacidad de cumplir con sus obligaciones con algún agente extranjero, ha llegado a bajar a 200 puntos básicos para República Dominicana, el menor de América Latina y el más bajo en la historia de nuestra nación, después de haberse colocado en 530 pbs en marzo de 2022, más alto que el riesgo promedio que entonces registraba América Latina, de 460 pbs.
Llama a la atención que el riesgo país para República Dominicana es menor que el de países como Colombia (316 pbs), México (301 pbs) y Panamá (277 pbs), todos con grado de inversión por al menos una compañía calificadora.
El mantenimiento de un buen nivel de riesgo crediticio podría ser ayudado por la reducción de deuda pública consolidada como porcentaje del PIB, que bajo de 61% en agosto de 2020 a 57.5% en diciembre de 2024, así como por la disminución del déficit fiscal, el cual se colocó en 3.1% del PIB en 2024, después de haber sido de 7.9% del PIB en 2020, por el impacto de la pandemia del Covid 19.
Lo que está pasando con el riesgo crediticio no es casual: Según Fitch, somos el único país con una perspectiva positiva en su calificación de riesgo en toda la región de Centroamérica.
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Este bajo nivel de riesgo se logra en un escenario de alto crecimiento de la economía y de inflación controlada. El Producto Interno Bruto (PIB) creció 5% en 2024, el mayor de la región, salvo Guyana, con una economía encendida por el milagro petrolero) y la tasa de inflación fue de 3.5%, por debajo de la meta de política Monetaria y la cuarta menor de 15 países de América Latina y el Caribe cuyas cifras están al alcance.
Basta señalar que los ingresos de divisas del país subieron a la cifra de 43,000 millones de dólares en 2024.
En este punto destaca lo ocurrido con la inversión extrajera directa, que movida por el bajo nivel de riesgo país, alcanzó una cifra histórica de 4,512 millones de dólares en 2024, tras haberse colocado en 3,021 millones de dólares en 2019.
Asimismo, las remesas alcanzaron los 10,756 millones; el turismo, 10,975 millones; las exportaciones del régimen nacional, 3,996.9 millones y las zonas francas lograron un máximo histórico de 8,607.1 millones de dólares.
Estos desempeños podrán consolidarse aún más por cambios en los flujos de inversión que favorecen al país por su condición de país cercano, además de buen aliado, de Estados Unidos, lo que le hace atractivo en el contexto del “nearshoring” y por la posición privilegiada en el intercambio comercial en que pudiera quedar colocado frente a otras nacionales más hostiles con Estados Unidos, que pudieran resultar más castigadas por los aumentos de aranceles con lo que ha amenazado la Administración Trump.
Además, está en ciernes un proceso de desvío de inversiones de países estrellas de la región que están perdiendo brillo, a causa de un descuido o abandono de buenas prácticas, mientras que la República Dominicana muestra un buen desempeño monetario y fiscal, así como amigabilidad con la políticas pro mercado.