El escenario de Bellas Artes fue testigo de la más impresionante puesta en escena que un artista dominicano ha ofrecido a su público. Miriam Cruz brilló con luz propia y demostró una vez más porqué ostenta el título de la diva del merengue, la artista más completa de la República Dominicana.
Un impecable despliegue técnico y de producción dirigido por René Brea, fue la plataforma perfecta a partir de la cual Miriam Cruz desbordó todo su talento con la misma entrega y calidad interpretativa a las que nos tiene acostumbrados.
Con una orquesta dirigida por Alfio Lora y Chayanne Duvergé y un cuerpo de baile comandado por Iván Tejada, inició el espectáculo en punto de las 8 de la noche, cuando subió el telón de la Sala Máximo Avilés Blonda bajo los acordes de “Vivir así es morir de amor” de Camilo Sesto.
Una Miriam Cruz imponente apareció en el escenario logrando una conexión inmediata con el público. Una adaptación de “Besos callejeros” marcó el inicio de su paso por el bolero. “Tú me haces falta”, “La barca”, “Sabor a mí” y “La copa rota” lograron envolver a los espectadores en un aura llena de romanticismo.
Uno de los momentos más emocionantes del show, fue cuando Miriam evoca a su padre con las canciones que de niña escuchara en su voz: “Hola soledad”, “Aunque me cueste la vida” y “En un beso la vida” terminaron por cautivar a los asistentes en una clara invitación a enamorarse con su melodiosa voz. Y es que no hay una sola melodía interpretada por Miriam que la gente no disfrute.
Ningún artista popular había demostrado tanta versatilidad en un escenario. Miriam supo sumergir y cautivar a su público en un único viaje lleno de emociones, llevándolos del bolero al merengue, de la balada al pop, del jazz a la bachata y de la cumbia a la samba y bossa nova con magistral destreza.
Temas como “New York, New York”, el tango “A media luz” y los midleys en homenaje a José José y Roció Durcal, arrancaron más de un sonoro aplauso por su fuerza interpretativa y perfecta afinación.
Mención aparte merece su incursión en el pop rock en tributo a Michael Jackson con éxitos como “Billy Jean”, “Don’t stop ‘til you get enough” y “Shake your body down”. Haciendo gala de su dominio escénico interpretó “Oh que será”, “Chica de Ipanema” y “Más que nada”, quedando demostrado que el talento de Miriam Cruz la hace transitar fácilmente de un género a otro, pues es una artista con un performance que traspasa las fronteras del merengue mismo.
La efervescencia de la noche fue matizada a ritmo de merengue con un breve repaso por sus más sonados éxitos: “Las pequeñas cosas”, “La carnada”, “Que me perdone tu señora”, “Es cosa de él”, “Esa loca”, “Me sacudí”, “Lo bueno cuesta” y un sorpresivo adelanto de lo viene para este 2018, los temas “Terremoto” y “Señora”.
Así fue la gran noche de Miriam Cruz, una noche excepcional, engalanada con un repertorio impecable, con una Miriam desbordante de energía y un público completamente entregado que vibró con cada interpretación. Sin duda alguna una artista de solidas cualidades artísticas, cuyo talento que se perfecciona con el paso del tiempo.