Por Milqueya Portes
Hoy quisiera saldar una deuda, deuda de gratitud, de admiración y de respeto hacia aquellos hombres y mujeres iluminados por quienes siempre me he sentido orgullosa y por quienes he dado gracias a Dios por haberme concedido el privilegio de haberlos tenido por maestros.
Mi madre junto a sus útiles de modista tenía un abecedario para despertar en mí inquietudes por las letras. El maestro Raúl Peguero (el Hermano Antonio) en su instituto. En Santo Domingo Digna Mejía de Billini, Germania Aybar de Henríquez Cachita, Niní de Luna, Antonia Suazo de Gallardo., Monina Cámpora de Piña Puello y su música. En la secundaria Anita y Cristina Fiallo, Vitalia Félix, Celeste Montás de Huod , Zoraida Heredia, Mesié Felipe, y en la escuela Normal Salomé Ureña fueron nuestras profesoras la Menina Encarnación Funcia. Disfrutamos de la enseñanza de la escenografía por parte de Máximo Avilés Blonda y del ballet de Eugenia Giró. En el deporte tuvieron una participación activa Adriano Hernández, Tabaré Jhonson, Pilo y Carmita Lugo, así como Luciola Pión. En la escuela de Economía Doméstica bajo la dirección de la profesora Josefa Esteva (Fefita) nos formaban en las costumbres domésticas del hogar.
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Se formó la República Escolar, de la cual fui Diputada y así nos enseñaron a formarnos como ciudadanos.
Las profesoras Montás chequeaban no solo nuestro desempeño escolar sino también el brillo de nuestros zapatos y los tachones de nuestros uniformes. ¡Qué tiempos aquellos¡
Hoy recuerdo a esos ilustres maestros y siento pena por los problemas que hoy existen en la formación de ellos y, porque los alumnos sufren las consecuencias.
Gracias Dios por los profesores que me diste y gracias porque mi 5to, hijo Jordi Ricardo Mota Portea (Rico) nació un 30 de Junio, Día del Maestro.
Gracias Dios.