Muy recientemente fui amablemente invitado por mi querido amigo el Lic. Rafael Emilio Yunén, Director del Centro León, al acto de inauguración de la Mapoteca del Centro León, ese hijo predilecto de la visión privilegiada y eminentemente altruista de mi buen amigo José León, a quien tanto tengo yo que agradecerle.
Ese Centro León, a quien tanto debe ya la República Dominicana, y que debía ser condecorado con la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en el grado de Gran Cruz Placa de Oro, en reconocimiento a la ingente labor que desarrolla en beneficio de la cultura, a sabiendas de lo que significa la cultura en el devenir de los individuos y de los pueblos, tomando muy en consideración la sentencia que nos dice que cultura es lo que queda cuando ya no queda nada
En su discurso, Rafael Emilio tuvo la gentileza, en un gesto que le ennoblece, de hacer un detallado recuento de lo que había sido la Colección de Mapas de Central de Créditos, y de lo que había significado para el país que un empresario privado hubiera dedicado tanto tiempo, tantos esfuerzos, tantos recursos, para lograr reunir los muchos más de trescientos mapas que conformaron dicha Colección
En un momento del acto, para mí profundamente emotivo, que le agradezco grandemente, el Lic. Yunén solicitó al público presente tributarme un fuerte aplauso, en reconocimiento a la labor que yo había realizado.
El Lic. Yunén dio además a conocer en su discurso que la Mapoteca del Centro León, la cual cuenta con más de un centenar de mapas, había sido conformada por tres fuentes principales: dos donaciones (una de Don Eduardo León Asencio y otra del Banco Popular), y una adquisición a la Fundación Sinfonía de una serie de mapas que originalmente eran de la fabulosa Colección de la Central de Créditos/Dr. Juan Rafael Pacheco. Así supe las buenas manos, lo cual era de esperarse, a las que, gracias a Dios, habían pasado aquellos mapas de Sinfonía
En el folleto puesto a circular esa misma noche, el Centro León afirma, con relación al grupo de mapas adquiridos de la Fundación Sinfonía, que algunos de estos mapas son bastante escasos y dos de ellos son objetos verdaderamente únicos. Entre los mapas más raros están La Hispaniola de Nicolás de Fer (del cual se poseen dos ediciones distintas), el mapa Insulae Americanae de Visscher y el Mapa de la Hispaniola y Cuba de Jansson.
Y continúa señalando el folleto que, las dos piezas únicas mencionadas anteriormente son:
1.-El mapa de Buenaventura Báez de 1858, que es una pieza extraordinaria, porque ayudó a definir lo que es la República Dominicana. Es, además, el primer mapa de la isla que no fue comisionado por una potencia colonial, sino mandado a hacer por el Presidente Báez e impreso en París. Es esencialmente único (existe otra copia en la Biblioteca Nacional de Madrid, y puede que haya otra en la Biblioteca Británica; también puede aparecer otra copia en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos)
2.- Mapa manuscrito de la Bahía de Samaná que se dice que es de principios del siglo XVII
Informa además el folleto que Hay otros mapas y atlas importantes dentro de la Mapoteca que se encuentran en proceso de catalogación. Entre estos se encuentra Le Pilote de Lisle de Saint-Domingue, 1787, (serie de mapas encuadernados en un álbum de navegación), que perteneció al Dr. Juan R. Pacheco, primero y gran coleccionista dominicano de mapas antiguos
En conclusión, según he podido ahora confirmar, fueron 68 los mapas que entregué a la Fundación Sinfonía en dación de pago. De esos, Sinfonía cedió al Centro León 48 mapas, y al Banco Popular 20 mapas, quien a su vez los donó al Centro León.
Por otra parte, lamentablemente no me ha sido posible confirmar el número exacto de mapas que entregué a Promapec, ni el destino de los mismos, aún cuando creo recordar que fueron unos 30.
Además, recientemente, según apareció reseñado en la prensa nacional, el Banco Popular donó al Archivo General de la Nación más de un centenar de mapas adquiridos de la Superintendencia de Bancos. Aún cuando no se identifican los mapas como que hayan sido de la Colección Central de Créditos, todo parece indicar que sí lo eran.
Y entonces me pregunto: Aparte de estos mapas, unos doscientos en total, los demás mapas de mi Colección, ¿dónde están?
Hasta aquí la historia de mis mapas antiguos. Una historia de amor y de dolor. Pero sobre todo de amor.