No tener la posibilidad de acceder a un empleo digno que les permita estudiar y realizar actividades extracurriculares propias de cualquier joven ha generado preocupación en organizaciones juveniles que sienten amenazados múltiples derechos adquiridos con la propuesta de modificación al Código de Trabajo planteada por el sector empresarial.
Al participar en La Esquina Joven de Hoy, directivos de Projuventud, Conajoven-Casc, Juventud Caribe y Juventud Vibrante consideraron que aumentar de 44 a 48 horas semanales la jornada laboral pondría en peligro su interés de cursar carreras universitarias, así como estudios especializados, ya que no tendrían tiempo suficiente.
Asimismo, objetaron la propuesta de ampliar de tres a seis meses el período de prueba para fijar a un empleado. Limitar el acceso a Internet y la comunicación telefónica son otras de las quejas de los jóvenes, que entienden que esto significaría aislarlos de sus familiares y entorno mientras permanecen en el lugar de trabajo.
Si a un padre de familia se le presenta un problema de salud de emergencia, tendría que esperar regresar a la casa para enterarse de la situación, lo que es abusivo, precisaron.
Artículos observados. De manera específica apelan a que sean dejadas sin efecto las modificaciones propuesta a los artículos 27, 38, 44, 62, 80 y 86, entre otros.
Participaron en el conversatorio Heidy Adón, de Juventud Caribe; Jean Carlos Marte, de la Confederación Nacional de Jóvenes (Conajoven); Yazmín Vicente, de Juventud Vibrante; Máximo Miñoso, de Projuventud, y Luis Fortunato de Conajoven- Casc. Intervinieron también Raiza de León, Mario Lara, Julio Araújo, Julio de los Santos, María Cruz Cortorreal, Hafiel Polanco y Yirmy Herrera.
Al analizar el impacto que tendrá en este segmento poblacional la propuesta de modificación planteada por los patronos, los representantes de las entidades advirtieron que estos cambios podrían duplicar el número de jóvenes “ni-ni”, es decir que ni trabajan, ni estudian.
Esperanza. Confiaron en la sensatez de las autoridades y los miembros de la comisión que trabaja en el código, tras recordar que la República Dominicana tiene una tasa de desempleo juvenil de las más elevadas de las Américas.
Explicaron que más de un 60% de los jóvenes labora en el sector informal, excluidos de la seguridad social y de los que están en el mercado formal dentro del rango de los 18 a los 25 años, un 68.3% reciben un salario por debajo de los RD$15,000.00.
Los activistas recordaron que más de 700 mil jóvenes ni estudian ni trabajan, y el nivel de deserción universitaria aumenta a cifras superiores al 40%.
Señalaron que la alta cifra de deserción está vinculada de manera directa a la imposibilidad económica de los jóvenes de costearse los estudios universitarios con los bajos salarios que perciben.
Contradicción. Los jóvenes explicaron que mientras las naciones emergentes y desarrolladas fomentan y estimulan un mayor nivel adquisitivo en los trabajadores, así como más y mejores niveles de estándares laborales, en el país sectores pretenden modificar las condiciones laborales para que los trabajadores vean reducir sus ya precarias condiciones de trabajo.
Pacto por la Juventud. Como alternativa al problema del empleo juvenil, Projuventud y Conajoven-Casc realizaron una propuesta denominada “Pacto por la Juventud”, que aporta diez puntos, para fomentar nuevas fuentes de empleo, al mismo tiempo que prioriza la formación en niveles técnico y superior.
Unidad hace la fuerza. Los expositores en el conversatorio exhortaron a otras organizaciones juveniles y a la sociedad en su conjunto a integrarse a esta causa, a fin de lograr que se logre una propuesta de consenso en la que prevalezca el equilibrio y la sensatez.