PRETORIA, Sudáfrica, (AFP).- El presidente electo de Bolivia, Evo Morales, declaró ayer miércoles en Pretoria que «perdona» las «humillaciones y acusaciones» lanzadas en su contra por Estados Unidos, país con el que aseguró estar dispuesto a dialogar.
«Perdono al personal de la Casa Blanca por tantas humillaciones, tantas accusaciones; perdono porque hay que apostar mediante el diálogo buscando paz con justicia social», aseguró al término de una entrevista con el presidente sudafricano, Thabo Mbeki.
Tras señalar que en internet leyó que el «departamento norteamericano de Estado desea un diálogo y un contacto con Evo Morales», el líder boliviano aclaró que, «desde Sudáfrica, quiero decir al gobierno de Estados Unidos y al departamento de Estado que nosotros, el movimiento indígena, somos una cultura de diálogo».
«Todo diálogo orientado a terminar con la pobreza y la discriminación es bienvenido», añadió Morales, que llegó el martes a Sudáfrica en el ámbito de una gira internacional que le llevó a Cuba, Venezuela, Francia, España y China.
Sin embargo, Bolivia no quiere «diálogo ni relaciones internacionales de sumisión, de subordinación», subrayó el líder boliviano, que ha sido el primer indígena de América Latina en llegar a la presidencia de un país de la región.
Elegido presidente de Bolivia el pasado 18 de diciembre, Morales, de 46 años y líder del Movimiento al Socialismo (Mas) y de los cultivadores de coca, debe ser oficialmente investido el 22 de enero, en La Paz. Sobre las palabras del presidente venezolano, Hugo Chávez, respecto a la preparación por Washington de una conspiración contra el futuro gobierno de Morales, éste afirmó que, «en todo caso, (creo) al presidente de Venezuela porque siempre hemos estado amenazados (…), intimidados a través de los medios de comunicación y acusados de todo».
«No fui invitado por el gobierno de Estados Unidos pero mantuve un primer contacto con la embajada (…)», explicó el presidente electo boliviano para quien, en caso de diálogo con Washington, «hablaremos de políticas económicas».
«En el mundo ningún país, incluido Estados Unidos, nadie es autosuficiente. Por ello todo diálogo debe orientarse a resolver los problemas socio-económicos de la mayoría de cada país», consideró.
Morales, asimismo, anunció el próximo restablecimiento de relaciones bilaterales con Pretoria al tiempo que subrayó haber encontrado «un aliado político» en Sudáfrica.
«Pedí con mucho respecto y humildad al presidente (Thabo Mbeki) que nos acompañe en el proceso de cambio en mi país», añadió.
Con respecto a posibles nacionalizaciones, Morales reiteró que «todos los recursos naturales deben pertenecer al pueblo».
«En Bolivia va a haber una tercera nacionalización de los hidrocarburos. Cualquier país tiene derecho a ejercer el derecho de propiedad. Eso no significa expropriar, confiscar o expulsar a las empresas petrolíferas. Seremos socios pero no dueños. Están garantizados la recuperacion de la inversion y el derecho a la ganancia, pero basada en el equilibrio», arengó.
Antes de abandonar Sudáfrica, Morales tiene previsto viajar a Ciudad del Cabo (suroeste) para entrevistarse con Frederick De Klerk, último presidente del país cuando aún reinaba el régimen del apartheid (segregación racial).
El presidente electo boliviano también se reunirá con el arzobispo Desmond Tutu, líder de la lucha contra el ex régimen racista sudafricano. Este miércoles aún no fue confirmada la reunión, inicialmente anunciada, entre Morales y el héroe de la lucha anti-aparthaid, Nelson Mandela, quien actualmente se encuentra en Mozambique.
Morales abandonará suelo sudafricano con destino a Brasil y, posteriormente, viajará también a Argentina.
Vestimenta de Evo
LA PAZ (AFP).- La vestimenta informal y del todo alejada del protocolo oficial que luce en su gira intercontinental el presidente electo de Bolivia, el indígena Evo Morales, parece haberse convertido ya en una cuestión de Estado, a menos de dos semanas de su investidura el 22 de enero en La Paz.
La Oficina de Ceremonial del Estado, dependiente de la cancillería boliviana, no consigue aún asegurar si Morales, un indio aymara, humilde pastor de llamas, futbolista y trompetista en sus años mozos, calzará o no traje y corbata al estilo occidental el día de su asunción al Palacio Quemado.
Los medios locales discuten insistentemente estos días sobre la conveniencia de que Morales, quien usó traje y corbata una sola vez en su vida -el día que se graduó bachiller del colegio Beltrán Avila, en 1977- vuelva a lucir tales atuendos en el acto de toma de mando ante presidentes y jefes de gobierno, reyes y diversas autoridades ministeriales y delegados de organismos extranjeros.
Se trata asimismo de una suerte de presión sobre el presidente electo, indígena de 46 años, «humilde hasta donde pisa», que aún después de consagrado en las urnas ganador por mayoría aplastante en las elecciones bolivianas el 18 de diciembre, no salió de sus pantalones jean, camisa verde agua a cuadros, un polo azul eléctrico y zapatillas deportivas.
Morales, ahora el más popular de los bolivianos, ha llegado a reemplazar, en el imaginario de los artesanos aymaras de los Andes bolivianos, al legendario ekeko, una deidad en la cosmovisión andina reverenciado como el Dios de la Fortuna.
La figura rechoncha del mítico ekeko, que llega todos los 24 de enero cargado de enseres, billetes y alimentos, llevará para la festividad popular de la Alasita (Cómprame en lengua nativa) de este año el rostro de Morales.
Morales ni su entorno del Movimiento Al Socialismo han despejado la «gran incógnita» de cómo vestirá el día de su investidura, tenido en principio como un hecho pueril pero que se ha ido convirtiendo casi en asunto «de Estado» a medida que se acerca la fecha en que se convertirá en el primer originario en gobernar Bolivia.
La chompa (jersey) de «finísima» lana de alpaca o el abrigo de cuero que Morales ha lucido en su meteórica gira por Cuba, Venezuela, España, Francia, Bélgica, Holanda, China y Sudáfrica -y que debe llevarle aún por Brasil y Argentina- ha sido la comidilla de diversa prensa, principalmente en Madrid.
La polémica en la prensa española llegó a límites tales que el diario ABC (derecha) le dedicó al suéter de Evo Morales un despreciativo artículo afirmando que «un jersey así no lo usan ni los primos de Farruquito cuando van con la furgona al mercadillo».
Un comentario que mereció un comentario del premio Nóbel de Literatura José Saramago, quien señaló que las críticas a Morales demuestran la «soberbia estúpida de los pueblos civilizados».
«Nos nos olvidemos que todavía don Evo es presidente electo, todavía no ha asumido (el mando de la nación). Pienso que él está más enfocado en la esencia de su viaje de reuniones», los defendió la diseñadora de modas Beatriz Canedo Patiño, la más reputada de Bolivia, especializada en prendas confeccionadas con lana de alpaca.
«Por su extracción humilde es normal para él vestirse así. La prensa ha sido bastante dura con él, no se han dado cuenta de dónde viene, de una familia muy humilde», apeló Canedo Patiño, formada en la alta costura.
«El no quiere alejarse de su cultura, de su pueblo», apuntó la diseñadora, para quien Morales el día de su investidura podría lucir cómodo, casual, «estar elegante, discreto y sobre todo hermoso estéticamente» sin corbata.
«Sería ridículo que él se sienta disfrazado, él no tiene que perder su esencia, porque si se le impone un traje y corbata o algo que se sienta como disfrazado, sería ridículo», enfatizó la diseñadora.
Para el antropólogo boliviano Marcelo Vargas, será importante «la simbología del cuerpo» que pueda llevar el 22 de enero Morales.
«Ese debe ser el tema la descolonización de la ropa, que no es frívolo, es un mensaje, es un lenguaje corporal, es ahora de recuperar todo este conjunto de diseñadores andinos que se tiene», reclamó.