El desorden es tal en la República Dominicana que cada cual establece sus propias leyes. Por ejemplo, el oficio de motoconcho se ha establecido como la actividad a la que más fácil adaptan los jóvenes que llegan a las edades productivas.
En todo el país se ha generalizado el famoso motoconcho. Los motoconchistas han hecho de las aceras por donde caminan los peatones, sus vías de desahogo, principalmente, cuando el tránsito se torna caótico. Pero estos señores no respetan la luz roja del semáforo, para ellos, estos aparatos no existen, ante las miradas cómplices de los agentes de la DIGESSET.
Pero, ¿cree usted que los motoconchistas respetan vías contrarias? Pues mire, que no. Puede usted encontrarse con un motorista que viene para encima de usted. . Y cuidado con protestarle, siempre tienen la razón. Y su lema es: “Un golpe a uno, un golpe a todos”.
Si tiene un accidente con un motorista declárese culpable de inmediato, porque si no, lo rodean y el problema puede ser peor.