Los Ángeles. Barbara Sinatra, la cuarta esposa del legendario cantante Frank Sinatra y una prominente defensora de los niños y filántropa que recaudó millones de dólares para ayudar a jóvenes abusados, falleció el martes. Tenía 90 años.
Sinatra murió de causas naturales en su casa en Rancho Mirage, California, rodeada por familiares y amigos, dijo John Thoresen, director del Barbara Sinatra Children’s Center. Con la ayuda de su esposo, Barbara Sinatra fundó en 1986 un centro sin ánimo de lucro para proporcionar terapia y otro tipo de apoyo a jóvenes víctimas de abuso físico, sexual y emocional.
Desde entonces, dijo Thoresen, más de 20.000 niños han sido tratados en el centro en la ciudad desértica de Rancho Mirage, y cientos de miles más alrededor del mundo a través de los videos que provee. Barbara Sinatra, una exmodelo y exvedette de Las Vegas, ya era una dama de sociedad prominente en Palm Springs antes de casarse con su marido en 1976, cuando él tenía 60 años y ella 49. Permanecieron unidos hasta la muerte de él en 1998, a los 82 años.
Al cantante lo conoció por medio de su esposo anterior, Zeppo Marx, del famoso grupo de comedia Marx Brothers. Marx y Frank Sinatra fueron buenos amigos y vecinos en Rancho Mirage hasta que ella dejó a Marx. Fue su tercer matrimonio, el cuarto para Sinatra y el más duradero para ambos. Frank Sinatra estuvo casado previamente con Nancy Sinatra (la madre de sus hijos Nancy y Frank Jr.), así como con la actriz Ava Gardner, fallecida en 1990, y Mia Farrow.
A lo largo de los años, Frank y Barbara Sinatra desempeñaron un papel activo en el centro para niños.»Frank venía y se sentaba y les leía a los niños», dijo Thoresen del artista a veces volátil. «Pero la mejor manera en que ella usó a Frank», agregó riendo, «era cuando le decía, ’Necesito medio millón de dólares para esto, así que haz un concierto y me das la mitad del dinero’».
Permaneció activa en el centro hasta hace poco, impulsando la creación del programa de video apenas el año pasado y asegurándose de que los niños tuvieran todo lo que necesitaban, dijo Thoresen.