BUENOS AIRES— Diego Maradona, la leyenda argentina del fútbol, falleció el miércoles de un paro cardiaco en la vivienda donde residía en las afueras de Buenos Aires. Tenía 60 años.
El capitán de la selección que se consagró campeona en el Mundial de 1986 y actual técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata había sido dado de alta médica el 11 de noviembre en una clínica de Buenos Aires, ocho días después de someterse a una operación de un edema craneal.
Las manifestaciones de tristeza de sus compatriotas no tardaron en llegar.
“Nos llevaste a lo más alto del mundo. Nos hiciste inmensamente felices. Fuiste el más grande de todos. Gracias por haber existido, Diego. Te vamos a extrañar toda la vida”, dijo en su cuenta de Twitter el presidente Alberto Fernández.
El gobierno decretó tres días de duelo nacional.
La Asociación del Fútbol Argentino, a través de su Presidente Claudio Tapia, manifestó “su más profundo dolor por el fallecimiento de nuestra leyenda”.
“Siempre estarás en nuestros corazones”, añadió.
Luego de salir del sanatorio tras ser dado de alta, Maradona fue trasladado al barrio de San Andrés, en el norte de Buenos Aires, donde alquiló una casa en la que continuó la recuperación bajo la custodia de su familia y médicos.
Maradona fue operado el martes 3 de noviembre de un edema craneal que se le detectó un día antes cuando había sido internado en otra clínica por una descompensación que le había provocado la ingestión de psicofármacos y bebidas alcohólicas.
Su tropiezo de salud fue foco de atención permanente en Argentina y otras partes del mundo, desde donde se comunicaron mandatarios y otros dirigentes políticos para estar al tanto de su estado.
“Con un dolor en el alma me he enterado de la muerte de mi hermano del alma, Diego Armando Maradona”, tuiteó el expresidente de Bolivia Evo Morales. “Una persona que sentía y luchaba por los humildes, el mejor jugador de fútbol del mundo”.
El exjugador del Barcelona, Napoli y Boca Juniors sufrió a lo largo de su vida distintos problemas de salud derivados en gran parte de su adicción a las drogas, especialmente la cocaína. Tras su retiro estuvo al borde de la muerte en 2000 y 2004.