Puerto Rico .— Desde la masacre de la semana pasada en el club nocturno gay Pulse en Orlando, lgunas personas en Puerto Rico han estado llamando frenéticamente a familiares en el área de Florida central, tratando de reservas pasajes de avión y haciendo arreglos para funerales.
La matanza de 49 personas por un hombre armado con un fusil estilo militar sacudió al mundo. Pero se ha sentido particularmente en la isla porque muchas de las víctimas nacieron allí o sus padres son puertorriqueños.
Cuando los restos de algunas víctimas comenzaron a llegar el jueves a Puerto Rico, gente en toda la isla lamentaba lo que siente como un ataque cercano. “Es un dolor que nos toca a todos”, dijo Maritza López, que abrazaba a amigos en una vigilia en San Juan para personas muertas en el club. “Hay un segundo Puerto Rico en Orlando”.
Decenas de miles de puertorriqueños se fueron a Orlando y el área circundante en medio de la crisis económica de la isla. Florida central se ha convertido en lo que fue Nueva York para generaciones previas, un lugar para comenzar una nueva vida.
Eso se refleja en los numerosos negocios en el área con nombres que evocan a Puerto Rico y en la creciente influencia política de la población hispana. Y quedó plasmado en el saldo de víctimas en Pulse, donde la mitad de los muertos tenían lazos puertorriqueños. “Es el nuevo eje de migración”, dijo Christina Hernández, consultora de comunicaciones de antecedentes puertorriqueños que está ayudando a familias de las víctimas. “Todo puertorriqueño tiene familiares en Florida central”.
Esa conexión entre el ataque en Orlando y Puerto Rico quedará en manifiesto en los próximos días en funerales y memoriales en toda la isla. Cuando ocurrió el ataque era “Noche Latina” en el club y había personas de varios países, incluyendo México, Venezuela y Cuba.
Funcionarios dijeron que al menos 23 de los muertos eran puertorriqueños. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917 y pueden viajar a Estados unidos sin pasaporte. Son el segundo mayor grupo hispano en el país, después de los mexicanos, e históricamente se han concentrado en el nordeste.
El número de puertorriqueños en el área central de Florida comenzó a aumentar hace una década. Algunos son jubilados del nordeste. Pero muchos llegan directamente de la isla, buscando oportunidades económicas en un clima cálido en el que ya tienen familiares. Alrededor de un millón de puertorriqueños viven en la región de Orlando-Kisimmee, casi 30% de la población del área.