Muertes infantiles haitianas

Muertes infantiles haitianas

Publio Terencio comediógrafo cartaginés nacido en el año 185 antes de la era cristiana, en lo que hoy es Túnez, inmortalizó en uno de sus diálogos una frase repetida infinidad de veces: “Soy hombre; nada humano me es ajeno”. José Martí a finales del siglo XIX se monta sobre los hombros de Terencio para expresar: <<Patria es humanidad>> La angustiosa tragedia histórica del pueblo haitiano se testimonia desde el suelo dominicano a través del análisis de las muertes maternas e infantiles de los descendientes de Pétion y Dessalines. Haciendo acopio del refranero popular diremos que <<Para muestra basta un botón>>, narraré el viacrucis por el que pasó una infante de escasos dos meses de edad antes de arribar a su Gólgota.
La menor residente en el Gran Santo Domingo hacía más de dos semanas venía padeciendo de lo que su madre interpretaba como un fuerte estado gripal. Al ver que la hija no mejoraba, su progenitora optó por conducirla a la emergencia del centro de salud público más cercano. Allí, el 30 de noviembre de 2016 le recetaron medicamentos antigripales y la despacharon a su hogar con una cita para el venidero año 2017. El cuadro clínico de la paciente siguió en franco deterioro con una marcada dificultad respiratoria, lo que obligó a la madre a trasladarla nuevamente de urgencia el 7 de diciembre de 2016 al mismo establecimiento de salud. Otra vez la despacharon a su morada en donde falleció tres días más tarde, el 10 de diciembre de 2016. El cadáver fue trasladado al Instituto Nacional de Patología para fines de autopsia.
La necropsia evidenció el colapso total del pulmón derecho, órgano que se encontraba arropado por una espesa pus que llenaba toda la cavidad pleural derecha y que se extendía a la membrana que rodea al corazón, generando una pericarditis purulenta. Todo el proceso séptico correspondía a lo que en medicina denominamos un empiema pulmonar.
La occisa lucía con pobre cuidado higiénico ya el área del pañal mostraba una seria irritación de ano, genitales y glúteos. No hay noticia de que se llevara a cabo una analítica de laboratorio, ni radiografía de pecho, mucho menos intento alguno de hospitalizarla dado la gravedad del caso. Reiterar la cita para enero del 2017 era innegablemente una sentencia de un deceso obligado. Las estadísticas nacionales sobre mortalidad materno infantil se resisten a reducir sus escalofriantes y bochornosas cifras, debido en parte, a los fallecimientos de parturientas e infantes haitianas atendidas en el territorio dominicano. Varios son los factores que contribuyen a las tantas defunciones; entre los que podríamos citar están el estado nutricional de la población haitiana necesitada, el hacinamiento en que mal viven, la barrera del idioma, amén de la precariedad asistencial de los centros de salud adonde acuden.
Sin mencionar a Terencio, ni a Martí, Juan Bosch refiriéndose al asunto haitiano expresaría en carta dirigida a unos amigos en 1943: <<… el porvenir ha de vernos un día abrazados, en medio de un mundo libre de opresores y de prejuicios, un mundo en el que quepan los haitianos y los dominicanos, y en el que todos los que tenemos el deber de ser mejores estaremos luchando juntos contra la miseria y la ignorancia de todos los hombres de la tierra>>.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas