Las muertes por COVID-19 en Estados Unidos han caído a un promedio de 600 diarias, su nivel más bajo en 10 meses, y en la mayoría de los estados han sido menos de diez o incluso cero algunos días.
Las infecciones confirmadas, en tanto, han caído a alrededor de 38.000 por día, su nivel más bajo desde mediados de septiembre. Aunque sigue siendo preocupante, han caído 85% de un pico de más de un cuarto de millón de casos diarios a inicios de enero.
La última vez que las muertes estuvieron tan abajo fue a inicios de julio, hace casi un año. Las muertes por COVID-19 en Estados Unidos alcanzaron su pico a mediados de enero, con un promedio de más de 3.400 diarias, apenas en el primer mes de la mayor campaña de vacunaciones en la historia del país. Kansas no reportó nuevas muertes entre el viernes y el lunes.
En Massachusetts, el diario Boston Herald puso un enorme cero en la primera plana el miércoles, bajo el titular “Primera vez en casi un año que el estado no tiene nuevas muertes por coronavirus”. El doctor Amesh Adalja, experto en enfermedades infecciosas en la Universidad Johns Hopkins, dijo que las vacunaciones han sido cruciales, incluso cuando el país pasa trabajos para alcanzar la inmunidad colectiva.
“El objetivo principal es negarle al virus la capacidad de matar a la tasa que podría y eso ha sido conseguido”, dijo.
“Hemos efectivamente domado el virus”. Casi 45% de los adultos del país están plenamente vacunados y más de 58% han recibido al menos una dosis, de acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.
Esta semana, la vacuna de Pfizer recibió luz verde para ser usada en niños de 12 a 15 años, un paso que pudiera facilitar la reapertura de las escuelas.
Médicos como el doctor Tom Dean en el condado rural de Jerauld, en Dakota del Sur, se sienten cautelosamente optimistas, aunque les preocupa el elevado número de personas que han decidido no vacunarse o que han relajado su seguimiento de las protecciones contra infección.
El condado ha registrado solamente tres casos confirmados en las últimas dos semanas de acuerdo con Johns Hopkins.
“Lo que me preocupa son las personas que creen que todo esto se acabó y que ya no hay razón para preocuparse”, dijo Dean. “Pienso que la complacencia es nuestra mayor amenaza en estos momentos”. Hollingsworth reportó desde Mission, Kansas, y Groves desde Sioux Falls, Dakota del Sur.