Muertes y destrucción por materiales de alto riesgo en San Cristóbal

Muertes y destrucción por materiales de alto riesgo en San Cristóbal

Vive profundo dolor la comunidad asentada en la ciudad cuna de la Constitución impactada desastrosamente por una explosión seguida de incendios que han costado la vida, en registro provisional, a once personas y dejado en estado crítico a un número similar y a muchos lesionados por el efecto desbordante de llamas y los escombros de una gran destrucción de bienes. Un siniestro de horror que no debía tener lugar en espacios de vida urbana por los que discurran seres humanos ajenos totalmente a los riesgos altísimos que moraban tras las paredes de edificaciones ilegal e inadecuadamente utilizadas para el almacenamiento y manipulación industrial y comercial de sustancias inflamables y susceptibles de estallar que dejaron sus trazas en el lugar aunque faltara precisar todavía el origen del estallido. Desconocía el digno y laborioso pueblo de San Cristóbal que estaba en la lista de los posibles escenarios de catástrofes de cíclica aparición que derivan de la ausencia de controles al tránsito y empleo de materiales de alta peligrosidad sobre los que debería existir una implacable supervisión para que no sigan llevando luto a familias dominicanas.

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Autoridades de todo tiempo, y poco rigor, han permitido históricamente que se instalen fabricas y expendios de combustibles y otros materiales riesgosos en lugares poblados o que surjan usos habitacionales donde ya existían operaciones incompatibles con los vecindarios. Ha faltado ley y aplicación sobre uso de suelos.

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