STAMFORD, EE.UU. AP. La mujer que fue abatida por la policía tras tratar de embestir las cercas de seguridad en torno al Capitolio y la Casa Blanca sufría de trastornos mentales y creía que el presidente estaba tratando de comunicarse con ella, dijeron funcionarios ayer.
Miriam Carey falleció el jueves al ser baleada por agentes policiales cuando trataba de irrumpir con su vehículo, acompañada de su hija de un año, en el perímetro de seguridad de la Casa Blanca en Washington.
Personas que conocían a la mujer de 34 años indicaron que ella se sentía emocionalmente inestable desde hace mucho tiempo. Carey se había lastimado el cráneo por una caída reciente y había sido despedida como asistente de un odontólogo, dijo su antiguo empleador. Su madre dijo que ella estaba sufriendo de depresión posparto.
La fuente federal, que estaba al tanto de la investigación pero no quiso ser identificada, dijo que detectives han estado interrogando a familiares de Carey sobre su estado mental y revisando escritos que ella dejó en su casa en Stamford. “Lo que hemos visto es que su salud mental se había ido deteriorando, especialmente los últimos 10 meses desde diciembre, había estado oscilando”, comentó la fuente. Añadió que “nuestra hipótesis es que el deterioro de su salud mental fue una de las razones principales por las que inesperadamente decidió ir a Washington ayer”.
La mujer había “emitido expresiones sobre el presidente en el pasado” y pensaba que el mandatario Barack Obama estaba tratando de comunicarse con ella, dijo el funcionario. “Esos mensajes, por supuesto, eran invento suyo”, dijo el funcionario. Añadió que la policía de Stamford el año pasado había recibido reportes sobre el estado psiquiátrico de la mujer.
La fuente dijo que las autoridades creen que ella viajó directo a la capital y que los hechos violentos se sucedieron inmediatamente después de que ella llegó. Tras embestir las barricadas de la Casa Blanca, Carey, quien a todas luces estaba desarmada, provocó una persecución policial por la Avenida Constitución hacia el Capitolio, donde fue baleada.
Su hijita no resultó herida y fue remitida a custodia de protección.