Mujeres en rol de “peones ” en trama militar

Mujeres  en rol de “peones ”  en trama militar

Su participación en la trama delictiva militar se describe en apenas cuatro párrafos del expediente acusatorio.

Entramado. Participación se describe en cuatro párrafos

La primer teniente de la Policía Jehohanan Rodríguez Jiménez, y la exgerente del Banco de Reservas Esmeralda Ortega Polanco, resultaron ser dos “peones” en el entramado ideado por los generales Adan Cáceres Troncoso y Rafael Núñez de Haza para desfalcar y depredar fondos públicos a través de los cuerpos especializados de Seguridad Turística (Cestur), y Presidencial (Cusep).


Esto se explica por el hecho de que de los más de RD$4,500 millones en propiedades y productos financieros que se movieron en los casos Coral y Coral 5G, a las únicas dos mujeres encartadas hasta ahora en el segundo expediente, el Ministerio Público solamente les ha confiscado cuatro propiedades, tres de las cuales, dice, pertenecen a Núñez de Haza.


Al individualizar la participación de ambas féminas en la solicitud de medida de coerción, la Procuraduría Especializada en Persecución contra la Corrupción Administrativa (Pepca), le atribuye a la oficial de la policía Rodríguez Jiménez, ser una de testaferro de Núñez de Haza, pero se ignora a cambio de cuales beneficios.


Su participación en la trama delictiva militar se describe en apenas cuatro párrafos en la página 66 del voluminoso expediente, aunque por ello no deja ser una parte importante del ajedrez.

Dice la Pepca que Rodríguez Jiménez perteneció a la Policía Turística (Politur) desde el año 2003 hasta el 2021, y que “como último y más alto salario” fue en el 2020, RD$36,241.


Resalta que la oficial de la Policía posee a su nombre tres propiedades “que son del imputado Núñez de Haza” con quien tiene una amistad.


Se trata de los apartamentos 401-C, B2 y 101-E, ubicados en el condominio Residencial LP-IV, en Santo Domingo Este.


ORTEGA POLANCO
Las imputaciones a la ejecutiva bancaria son más graves, pero los beneficios que obtuvo por su contubernio con el entramado y con Núñez de Haza, parecen insignificantes frente a las graves consecuencias que de su desatino.


Según el expediente, su rol consistía en garantizar en la sucursal del Banco de Reservas en la que laboraba, que las múltiples operaciones bancarias, en su mayoría en efectivo, provenientes de los fondos sustraídos del Cestur y del Cusep, de los cuales resultaron beneficiados los imputados, “no levantaran ningún tipo de alerta o reporte”, y que todos los retiros en efectivo se realizaran también “sin ningún problema”.

Se le atribuye poseer una propiedad en la urbanización Colinas del Este, donde se encuentran gran parte de los inmuebles adquiridos por Núñez de Haza, Cáceres Silvestre y Girón.