Atención los que llevan anotaciones. Dice la Digesett, como quien está anunciando la gran cosa, que en los dos primeros meses de este 2025 colocó 382,164 multas de tránsito por diferentes infracciones, 115,555 de ellas a motociclistas que transitaban sin el casco protector. También dice la Digesett que el segundo lugar en cuanto al número de infracciones impuestas corresponde a los conductores que transitaban sin su licencia de conducir o con el documento vencido, con 38,668 multas. Lo que no dice en ninguna parte la comunicación que envió a los medios es que la imposición de multas por infracciones de tránsito en este país, sea por violar la luz roja, conducir a exceso de velocidad o no llevar puesto el cinturón de seguridad es el negocio mas pendejo del mundo, pues la inmensa mayoría de esas multas los infractores no las pagan, pero tampoco nadie, en el Estado dominicano, hace las debidas diligencias para cobrárselas.

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Es por eso que usted escucha a la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, hacer un anuncio insólito: de ahora en adelante, desde ese ministerio se trabajará para convertir el pago de las multas de tránsito en algo “obligatorio”, para lo cual propondrá una modificación a la Ley de Tránsito y Movilidad, la 63-16, ya que en la actual normativa las multas prescriben transcurrido apenas un año de haber sido impuestas. Pero como sólo se trató de un anuncio no se sabe todavía cuándo será sometida a la consideración de los honorables miembros del Congreso Nacional, y mucho menos cuándo sacarán estos un tiempecito de su ajetreada agenda legislativa para conocerla y aprobarla.

Mientras el hacha va y viene el caos del tránsito empeora cada día que pasa, las muertes por accidentes de tránsito continúan llevando luto y dolor a las familias dominicanas (el fin de semana pasado fallecieron nueve personas), y la imposición de multas a los infractores por parte de agentes de la Digesett seguirá siendo, sabrá Dios hasta cuándo, el negocio mas pendejo del mundo.