El decreto presidencial que dispone la creación de ProMuseos, ha desatado una gran expectación por la museología y un renovado interés por la función social y el funcionamiento interno de nuestros museos en el siglo XXl. Estamos en un país donde el presupuesto público para la cultura, sigue cada añopetrificado.
¿Entonces, cuales podría ser las respuestas oficiales ante las viejas apelaciones y los nuevos desafíos culturales y museológicos en Santo Domingo? Lo primero seríaobservar. Estar informado y edificado. Luego, se tornan de rigor la disposición sensible y entusiasta; las iniciativas previsoras; el pensar distinto y la innovación arriesgada, impulsando iniciativasy resoluciones creativas.
En las sociedades avanzadas, el Estado y los gobiernos, asumen el compromiso de satisfacer la necesidad de tiempo estético, lúdico y recreativo con un apoyo a la cultura de espíritu renacentista e ilustrado, asumido igualmente por el gran mecenazgo y que, justo a la hora más rupestre y desleída de la posmodernidad, el neoliberalismo globalizador, comparte eufórico con el sector privado a través de alianzas innovadoras e iniciativas especiales con corporaciones transnacionales, universidades, instituciones culturales, fundaciones, voluntariados y acciones corporativas de responsabilidad social.
En República Dominicana, al menos durante el último cuarto de siglo, humanistas, arquitectos, sociólogos, antropólogos, artistas visuales, artesanos, educadores, comunicadores y gestores culturales, reiteran consistentes el legítimo reclamo de que el Estado y la administración pública, procedan a la formulación y desarrollo de políticas públicas y democráticas que faciliten a todos los sectores de la sociedad el pleno ejercicio de los derechos culturales consagrados en el artículo 64 de nuestra Carta Magna.
Se impone recordar la poética cuestión de la pasada entrega: ¿Despertamos otra vez en el espejismo o apuramos el cáliz áureo y alucinatorio de la redención?.
Traspasada por un tonillo escéptico que nada debe al mentado pesimismo idiosincrático, pero sí bastante a los ramalazos que dejan en el alma personal y colectiva la mala voluntad política y las ruinas de la autoritaria y árida burocracia oficial, mi frenética cuestión, también entraña un rapto esperanzador cuyo motivo único es el enfático interés del presidente de la República, Luís Abinader, por los museos como espacios culturales y democráticos de gran potencial para la transformación social y el desarrollo integral de la ciudadanía, así como para eldisfrute de nuestros visitantes.
Desde luego, aquí se impone una nueva y paranoica interrogante: ¿Deberían ser los especialistas, sociólogos, antropólogos, politólogos, culturólogos y críticos dominicanos contemporáneos, los primeros en responder si algunos de los más recientes y significativos decretos del señor presidente Luís Abinader, constituyen o contienenlas necesarias y verdaderas respuestas de su gestión gubernamental a las demandas, reclamos, anhelos y sueños culturales más caros de la sociedad dominicana del siglo XXl?.
No se pretende en estas breves líneas la exegesis oficiosa de las políticas, visiones o disposiciones oficiales en materia cultural y/o museística, pero la mirada despejada y el diálogo franco, genuino, proactivo, efusivo y fraternal con mis contemporáneos, jamás acreditarían los esmerados oficios de los muertos en vida y menos aún la perdición de los desmemoriados.
A lo que se atiene el registro crítico no es a la sugestiva promesa de la performance oficial, sino a la prueba textual, legitimada y proclamada de una intención previsora, ardorosa y aparentemente distintiva de replicar y sellar la apuesta íntima por el siempre soñado, romántico, implicatorio e inefable pacto entre poder político, cultura y transformación social.
Lo que se anota con aplicación y precisión en esta entrega es que el articulado textual, la semiología y las mismas modulaciones conceptuales de los decretos oficiales, súbitamente nos sitúan ante el atisbo de una dicción, una disposición, una gestualidad y una sensibilidad resolutivas desde la presidencia de la Republica que devienenciertamente inusuales, especialmente ante la turbia, caprichosa y corrosiva omisión de la cultura y el arte que durante las últimas décadas signa toda la espectrología de las políticas públicas y las prácticas burocráticas oficiales en nuestro país.
Entre los decretos emitidos recientemente por el presidente de la República, resultan de gran interés el 79-21; el 308-21; el 205-21 y el 464-21, disponiendo, respectivamente, la creación del Comité Gestor de Voluntariados de Instituciones Públicas; el Programa Nacional para la Intervención y Establecimiento de Nuevos Museos (ProMuseos); el Programa de Arte Público Dominicano y el Gabinete de Innovación.
Incluso, el Decreto 205-21 (30.05.2021), que dispone la creación del Programa de Arte Público, considera en su primer párrafo el Articulo 64 de la Constitución de la República Dominicana que invoca la necesidad de garantizarle el derecho a la cultura a todos los sectores e integrantes de nuestra sociedad.
Mayores ilusiones ha despertado el Decreto 308-21 (10.05.21) que crea el Programa Nacional para la Intervención y Establecimiento de Nuevos Museos (ProMuseos), incluyendo la “rehabilitación y acondicionamiento de los espacios culturales que integran la Red Nacional de Museos”… Y, tal como ya he advertido, es muy posible que tanta expectación tenga mucho que ver con la legitimación de una semiótica sorpresiva y unos contenidos conceptuales que finalmente le reconocerían a los museos su competencia social y su natural vocación para el auspicio de “una reflexión expansiva de la identidad dominicana”… ¡ Y esto sí que suena fresco, distinto y excitante en el medio cultural y museístico local!.
ProMuseos, adscrito al Ministerio de Cultura y a cargo del sociólogo y diplomático Carlos Guzmán Abreu, tiene como misiónfundamental la creación del Museo Horacio Vázquez; el Museo Antonio Guzmán en Santiago de los Caballeros; El Museo del Azúcar; el Museo Arqueológico de Montecristi; el Museo de los Guloyas en San Pedro de Macorís y el Museo de los Congos del Espíritu Santo en Santo Domingo Norte. Asimismo, enfatiza el decreto que estos nuevos museos “operaran como centros culturales ligados a sus respectivas comunidades”…
Ahora ha despertado el interés por los museos
Hay un interés enfático del Presidente por los museos
La cultura y la ciudadanía
Difícil encargo
Por cierto, vale resaltar la perceptible y apasionada dialéctica de esfuerzo y entrega profesional que vienen ensayando los tocayos y colegas Carlos Guzmán, director ejecutivo de ProMuseos y Carlos Andújar, responsable de la Dirección Nacional de Museos del Ministerio de Cultura, asumiendo de manera diligente y comprometida el difícil encargo oficial.
Egresados de la Escuela de Sociología de la Universidad de París X, Nanterre, Francia, la amplia formación humanística y el pensamiento vanguardista de estos dos respetados profesionales, habrán de facilitarles su proceder partiendo de la premisa capital de que la cultura desborda las ideas de oferta trivial y consumo extasiado, afrontando la necesidad de su revalorización como factor catalizador y clave del desarrollo integral de la sociedad y sus individuos.
Si reafirmamos el potencial extraordinario y trascendente de la cultura y las humanidades creativas, igual construiremos ciudadanía … Seguimos en la próxima…