Londres. El español Rafael Nadal, número uno del mundo, selló hoy su pase a los octavos de final de Wimbledon al ganar bajo la cubierta de la pista central del All England Club al kazako Mikhaíl Kukushkin, 63 del ránking, por 6-7(4), 6-1, 6-1 y 6-1, en dos horas y 34 minutos.
El español jugará la próxima ronda ante el ganador del duelo entre el australiano de 19 años Nick Kyrgios, 144 del mundo, y el checo de 20 Jiri Vesely, número 68 de la ATP, un encuentro aplazado hoy por la lluvia.
Kukushkin forzó un desempate en el primer set que cayó de su lado, pero se desmoronó cuando Nadal obtuvo su primera bola de ruptura a los 77 minutos de partido y dejó a partir de entonces pista libre para que el mallorquín volviera a mostrar su mejor nivel sobre hierba.
«Al principio él jugó sin errores, muy agresivo, y yo cometí algunos fallos con su segundo servicio. Estoy terminando los partidos mejor de cómo los empiezo, y eso es positivo. Me siento feliz por estar en la segunda semana de Wimbledon tras dos temporadas cayendo antes», dijo Nadal tras el duelo.
El primer tenista del mundo esperaba que los chubascos previstos para esta tarde al suroeste de Londres respetaran su partido en el primer turno de la central, pero media hora antes del duelo un aguacero obligó a cerrar definitivamente el techo retráctil del estadio, con capacidad para unos 15.000 espectadores.
Las condiciones controladas de una pista cubierta, sin viento que ponga a prueba la pericia de los tenistas, favorecían a priori al kazako, que ha ganado su único título ATP bajo techo, en la superficie rápida de San Petesburgo (2010).
Kukushkin, que afrontaba este año su tercer Wimbledon, no había gando un solo partido en el torneo hasta este martes, cuando superó el cruce de primera ronda ante el israelí Dudi Sela, 101 del mundo, y derrotó después en segunda al canadiense Frank Dancevic, 107.
Bajo los focos de iluminación artificial y la atenta mirada de figuras del deporte británico como el ciclista Bradley Wiggins y los exfutbolistas Bobby Charlton y David Beckham, el kazako abrió el partido con dos saques directos que presagiaban el primer set que estaba por llegar.
Fue un parcial denso y equilibrado, en el que ambos tenistas defendieron su servicio con rabia y en el que Kukushkin, momentáneamente al nivel del «top 10» del ránking, supo forzar las tablas tras casi una hora de juego.
En el desempate, esas bolas a cara o cruz que definen los momentos decisivos en hierba cayeron del lado del kazako, que se anotó el primer set de su carrera ante Nadal (el mallorquín le había ganado por 6-2 y 6-3 en 2010, y por 6-1 y 6-1 en 2012).
Tras ese primer parcial ejemplar, Kukushkin afrontaba el reto de mantener la misma tensión y concentración en el segundo. Para ganar al número uno del mundo es necesario desplegar un tenis casi perfecto desde el primer golpe hasta el último, pero el kazako se vino abajo en el cuarto juego.
A los 77 minutos de partido, el mallorquín derribó finalmente el muro tras el que se acorazaba Kukushkin al forzar la primera bola de ruptura del duelo.
Nadal aprovechó su opción, y la confianza del kazako se vino abajo como un castillo de naipes para dejar la pista libre al empuje del español.
Con el sonido de la intensa lluvia que caía sobre Londres golpeando el techo de la central, Nadal se llevó el segundo set en apenas media hora y encaró el tercero imponiéndose al resto de inicio.
A sus 28 años, el número uno del mundo ha dejado atrás los problemas físicos que le hicieron caer en las primeras rondas los dos últimos años en el All England Club, y aspira en esta ocasión a conquistar su tercer Wimbledon (ya ganó en 2008 y 2010).
Nadal quiere convertirse en el segundo tenista en la historia del tenis profesional que logra en tres ocasiones el ‘doblete’ Roland Garros-Wimbledon, una gesta sólo al alcance hasta ahora del sueco Björn Borg, que se llevó los Grand Slam sobre tierra y sobre hierba de 1978 a 1980.
Al mallorquín, que llega a Londres tras conquistar su tercera corona en París, no le faltó hoy energía ni motivación para cerrar con seguridad el duelo ante un Kukushkin ya desquiciado y dar un nuevo paso adelante hacia sus objetivos en Londres.