PARÍS. Stan Wawrinka batalló durante cinco sets y cuatro horas y media para superar al número uno del ranking mundial y meterse en la final del Abierto de Francia. Ahora le espera una cita todavía más difícil.
El suizo superó el viernes 6-7 (6), 6-3, 5-7, 7-6 (3), 6-1 a Andy Murray y enfrentará el domingo en la arcilla de Roland Garros a Rafael Nadal, un partido que catalogó como “probablemente el mayor reto que existe en el tenis”. El español liquidó 6-3, 6-4, 6-0 a Dominic Thiem y no ha perdido un solo set en el torneo, en el que busca su décima corona del Abierto de Francia.
Nadal disputará su décima final en Roland Garros, donde ha ganado las nueve anteriores. Ante Thiem, el único jugador que le ha ganado esta temporada en polvo de ladrillo, demoró apenas dos horas para destrozar a un oponente considerado por muchos como su heredero al trono del rey de la arcilla.
El español ha perdido apenas 29 games en seis partidos y volvió a ser el dínamo imbatible en polvo de ladrillo que no se vio el año pasado, cuando se retiró antes de jugar la tercera ronda por una lesión de la muñeca izquierda.
“Creo que he jugado muy bien, pero mi rival en la final está increíble. Será una final muy, muy difícil y necesitaré jugar mi mejor tenis”, advirtió Nadal. “Stan está jugando muy bien en esta superficie y creo que vive un momento positivo tras su actuación aquí durante estos días”.
En total, Nadal disputará su 22da final de un Grand Slam, para romper un empate con Novak Djokovic y quedar en solitario en el segundo lugar histórico, detrás de las 28 de Roger Federer. Si gana el domingo, será su 15to título de un major, lo que lo alearía a uno de Pete Sampras en el segundo puesto, también debajo de los 18 de Federer.
Wawrinka, por su parte, jugará su cuarta final de un Grand Slam, aunque ha ganado las tres anteriores: en 2014 venció a Nadal en el Abierto de Australia, y a Djokovic en Roland Garros en 2015 y el Abierto de Estados Unidos en 2016.
Con 32 años, el suizo se convirtió en el hombre de mayor edad que alcanza una final de Roland Garros desde 1973.
“Confío mucho en lo que hago, en cómo me siento, en todo el trabajo que realizado en los últimos días, semanas, meses y años”, dijo Wawrinka. “Sé que cuando estoy enchufado mentalmente, es difícil ganarme”.
Wawrinka exhibió toda su potencia y su revés endiablado ante Murray, un tenista usualmente inagotable que corrió de lado a lado de la cancha Phillipe Chatrier para perseguir cada tiro de “Stan the Man”.
“Uno sabe que va a devolverte todo, y eso no me gustó mucho”, comentó Wawrinka con una sonrisa. “Uno sabe cómo es su juego, uno sabe lo bien que puede jugar, y tienes que aceptarlo. Entonces uno tiene que seguir presionando”.
Wawrinka vengó la derrota que sufrió ante Murray en las semifinales del año pasado en París. Esta vez, logró doblegar a Murray con su extraordinario revés y una potencia máxima en cada tiro.
Al final del encuentro, Murray se quejó de que ya no tenía piernas, lo que quedó reflejado en el marcador de 6-1 en el quinto parcial.
Wawrinka ganó 16 de los primeros 21 puntos del quinto para sacar ventaja de 5-0. Sentenció el encuentro con un revés pegado a la raya, su 87mo winner del partido, 51 más que Murray.
“Me descarrilé un poquito”, resumió el británico.