Es sabido que estos días festivos de Nochebuena y Navidad, generalmente, tienden a desencadenar emociones diversas, sentimientos, nostalgias, a veces con motivos y otras veces sin ninguna explicación, y es que esta temporada de por sí tiene un matiz de tristeza la cual tiene que ver incluso con el origen mismo de esta celebración: el nacimiento del Niño Jesús en un pesebre.
Respecto a esos sentimientos de nostalgia consultamos al doctor Luis Vergés, psicólogo clínico, terapeuta familiar y director del Centro de Intervención Conductual Para Hombres.
Plantea el especialista en conversación con Vivir, que la nostalgia, la cual puede ocurrir en cualquier momento o etapa de la vida diaria, es una emoción pasajera.
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Precisa que “la nostalgia es algo pasajero, no es algo que hay que evitar, ni anticipar, no es un fenómeno emocional catastrófico”.
Para el experto, se trata de una manifestación emocional que suele surgir cuando hay un vínculo afectivo con algo, o se ha perdido algo, algo que algún día se tuvo, o alguien con quien alguna vez se compartió momentos.
Argumenta el psicólogo Vergés que estas emociones que afloran en las personas en mayor medida en estas fechas, tienen que ver con cuando se pierde ese vínculo con esas personas que significan o significaron mucho en la vida del nostálgico.
“Cuando algo o alguien se recuerda con nostalgia es porque hay un vínculo todavía, y ese vínculo no se pierde necesariamente con la muerte”.
Claves para liberarse
Una de las claves recomendada por el facultativo es pensar que las fiestas de Nochebuena o Navidad tienen un simbolismo especial que amerita e invita a la comunión, la integración familiar y a vivir en un ambiente de paz.
“Las fiestas navideñas en el caso de la Nochebuena tienen un simbolismo muy grande que motivan a vivir en un proceso de paz que tal vez estuvieron ausentes durante todo el año, y que el hecho de que la persona lo pueda encontrar, aunque sea una vez al año, nos dice que si nos lo proponemos podremos aplicar los mismos principios que se vivieron esa noche para vivir de manera cotidiana el resto del año”.
De acuerdo a Vergés, otro aspecto importante es que la persona entienda que esas emociones son pasajeras y es fundamental descubrir con qué están relacionadas.
“Es recomendable entender que si hay una nostalgia o una evocación, incluso dolorosa por una pérdida por alguien que se fue de esta vida, hay que entender que el que se fue y el que se irá son personas que no se llevaron ni se llevarán cosas materiales, y que lo importante es lo que han dejado en este mundo”.
Puntualiza, no obstante, que siempre es bueno reflexionar sobre los que se han ido, sobre qué positivo dejaron en nuestras vidas, y así agradecerles durante la celebración de las fiestas, mientras los miembros de la familia se encuentren en comunión y compartiendo.
“Es positivo recordar a esas personas que hemos perdido, recordarles con agrado y agradecerles por lo que dejaron”, enfatiza el catedrático.
Precisa, igualmente, que si por alguna razón hubo una relación conflictiva con esa persona ida de este mundo, en la que se produjo algún nivel de desavenencia en alguna ocasión, el momento de reflexión y comunión familiar es excelente para perdonar, ya que el perdón es una forma de liberarse.
“En el perdón hay liberación, es una forma de conectar con la memoria de ese ser humano, que como todos nosotros pudo haber tenido defectos y virtudes, y es preciso en este momento agradecer por todo lo bueno que compartió nosotros en vida”, concluye el especialista.