Quise en esta ocasión abordar este tema, por la conciencia que debemos asumir de la importancia que tiene para nuestro organismo, el ejercicio físico.
Es preciso destacar que dependiendo de la edad, el ejercicio físico cumple diferentes funciones. En el caso de los niños la interacción de su cuerpo con el espacio contribuye a numerosos aprendizajes del ser humano, como la orientación espacial, la coordinación viso-motora, etc., y mayormente esta construcción se realiza mediante la interiorización, la exploración y la práctica, lo que contribuye a su vez a entrenar la memoria y a consolidar su esquema corporal, según señalan expertos.
En el caso de las personas mayores, el deporte mejora la calidad de vida: previene la osteoporosis, incrementa la fuerza, flexibilidad y resistencia de los músculos y reduce el deterioro de éstos por el paso de los años. “Aquellos que lo practican se encuentran más ágiles, con mayor sensación de bienestar, y además, con mayor nivel de autonomía, por tanto, con mayor sensación de juventud”.
Durante las últimas décadas, los investigadores han ido descubriendo cómo practicar ejercicio puede mejorar nuestras funciones cognitivas, e independientemente de la edad o la condición física, los estudios han demostrado que dedicar un tiempo para el ejercicio también produce muchos beneficios para nuestro bienestar mental. Como bien han expresado, ejercitarse regularmente es bueno para el humor, la memoria o el aprendizaje.
Por ejemplo: Produce químicos de la felicidad, ya que el ejercicio favorece la liberación de endorfinas, unas sustancias químicas que producen sensación de felicidad y euforia, e incluso, diversos estudios han demostrado que pueden aliviar síntomas de una depresión.
Por este motivo, los psicólogos recomendamos que las personas que sufren depresión o ansiedad mejoren su calidad de vida incluyendo el ejercicio en sus vidas, tan solo ejercitarse tres días a la semana durante media hora, puede mejorar el humor instantáneamente.
También reduce el estrés, pues el ejercicio incrementa la producción de norepirefrina (noradrenalina), un químico que puede moderar la respuesta del cerebro al estrés y mejora la habilidad de nuestro cuerpo a la hora de tratar con la tensión que el estrés produce. De igual manera, mejora la autoestima y las relaciones sociales, en virtud de que el ejercicio continuo mejorará la imagen de ti mismo y con ello tu autoestima. Independientemente del peso, la edad o el sexo, el ejercicio físico puede elevar la percepción positiva del atractivo de uno mismo, y en consecuencia, hacer que te valores más. A medida que la percepción de ti mismo y tu salud emocional mejoran, tus relaciones sociales también pueden mejorar. Debido a tu aumento de autoconfianza tendrás más posibilidades de llegar a los demás, y si participas en clases dirigidas o realizas deporte en grupo, es de esperar que conozcas gente nueva.