Negativas con poca imaginación

Negativas con poca imaginación

La pasada semana los dominicanos nos preocupamos y disfrutamos de las reacciones de dos figuras públicas, que con sus desmentidos pretendieron ocultar sus presencias en determinados escenarios, que por su naturaleza no les convenía que se les ubicara en los mismos, por las repercusiones que significaban esas presencias para sus actividades públicas.

Mario Vásquez Raña, mejicano, miembro del Comité Olímpico Internacional, agresor perenne a los dominicanos, se ha defendido como gato boca arriba para negar su presencia en el combate en que un compatriota despojó por decisión de los jueces la medalla de oro en la competencia de Taekwondo que le hubiese correspondido al atleta dominicano Gabriel Mercedes.

Lila Alburquerque, en otro escenario en Santo Domingo, ha disparado su folklórica artillería verbal en contra de los periodistas y compañeros que la ubicaron el pasado miércoles en una sigilosa visita al Palacio Nacional para entrevistarse con el presidente de la república; su negativa es algo antológico por lo pintoresco que resultan sus expresiones en su agradable rostro de no coger corte de nadie.

Ambas negativas se encierran en la volatilidad de los hombres y mujeres públicos, que cometen indelicadezas en sus procederes, y creen que atacando o hasta llorando, desmentir cosas que son comprobables por decenas de testigos que se asombran de cómo quieren ser inocentes de los supuestos infundidos provenientes de miembros de la prensa.

Para el caso de la política petromacorisana se nota un intento de evitar el desplome definitivo de lo que una vez fuera la institución partidista de mayor empuje, que lidereado por el doctor Joaquín Balaguer reinaba a sus ancha en el panorama político para escalar el poder cuando así lo deseara ese caudillo que supo ofrecer lecciones de política que ni siquiera Robert Greene en su obra Las 48 Leyes del Poder pudo considerar y que es de lectura indispensable para los que están atraídos por la actividad política.

Ahora el país pondera las negativas de la legisladora petromacorisana y hasta le ha convenido a su moribundo partido, que de repente ha estado ocupando los primeros espacios en la prensa, la radio y la televisión. El ocultar una visita parece ser porque estuvo encaminada a lograr posiciones o prebendas en el gobierno que se inició el pasado día 16.

Vásquez Raña ha querido ridiculizar al ministro de deportes dominicano y nos parece que sus intentos de tratar de apabullar al país cae en su costumbre anti dominicana. Eso es de hombres y mujeres que revestidos de notoriedad pública no aquilatan las responsabilidades que arrastran y caen fulminados por sus reacciones verbales, fruto de incontinencia del mal genio pese a que se recomienda a los hombres y mujeres de actividades públicas deben tener su cabeza fría pero su corazón caliente.

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