NUEVA YORK .— Netflix quiere que sus suscriptores sepan que está pendiente de ellos.
Por ejemplo, el suscriptor promedio de Netflix no se imagina que el oscuro drama de superhéroes “Jessica Jones” pueda tocar una fibra similar que las locas travesuras en “Unbreakable Kimmy Schmidt”. Netflix está feliz de ayudarlos a hacer la conexión.
Gran parte de la atención sobre esta gigante del streaming de video en años recientes se ha enfocado en su insaciable apetito por el contenido original y por creadores que lo produzcan.
“Queremos atraer tanta gente diferente como sea posible, y apelar a los muchos estados de ánimo de cada persona”, dice el vicepresidente de innovación de producto Todd Yellin. “Mientras más diverso sea nuestro contenido, más probable será que alguien, a la hora de decidir lo que verá, elija ir a Netflix”.
Pero esta inversión multimillonaria en nueva programación implica otro reto: ayudar a que cada programa sea descubierto por los suscriptores que probablemente lo disfruten más. Cuatro de cada cinco programas vistos en Netflix fueron encontrados por los suscriptores gracias a recomendaciones hechas por el servicio, dice la compañía.
Esas nuevas favoritas sugeridas son mucho más personalizadas de lo que pueda evidenciar un vistazo a la página de inicio de Netflix.
Casi cada hilera de programas sugeridos (incluso en categorías que parecen tan genéricas como “Comedias” y “Dramas”) está hecha a la medida de cada suscriptor, dice Yellin.
Y el modo vertical en que están acomodadas las hileras en la página de inicio responde a una función de los géneros preferidos demostrados por los suscriptores.
“Puede que tú tengas ‘Comedias’ como quinta hilera”, dice Yellin, “y para otra persona sea la 25ta. Y alguien más podría no tener una hilera de comedia del todo”.
Así que tu Netflix es distinto al de todos los demás. Pero, ¿de dónde salen estas sugerencias?
“Es muy importante que los títulos más relevantes para cada persona borboteen hasta el tope del catálogo”, dice Yellin. “Y queremos que esos títulos relevantes sean diversos. No queremos cometer el error de principiante de quedar atrapados en una caja de resonancia, como que sólo porque viste una película de terror no te ofreceremos más que títulos de terror”.
Yellin compara el proceso de proveer TV hecha a la medida de cada cliente con una colaboración de tres partes.
Primero, una legión de “taggers” de Netflix monitorea cada programa, etiquetando los distintos elementos que los componen. Esta información es triturada y continuamente refinada por el algoritmo secreto de la compañía. Y entonces los datos sobre los hábitos del espectador que Netflix recolecta de sus 100 millones de cuentas alrededor del mundo agregan más trigo al molino.
De este modo Netflix puede tomar un programa de “entrada” y señalarle a la persona que lo ve material inesperado o desconocido presumiblemente de un atractivo similar.
Un ejemplo es “Ozark”, al que los espectadores podrían llegar desde distintas direcciones, explica Yellin.
“Ozark” es una serie de drama original recientemente estrenada, protagonizada por Jason Bateman como un hombre de familia dedicado al lavado de dinero y que se ve seriamente bloqueado por el cartel de drogas mexicano para el que trabaja.
“Encontramos que la gente que tiende a ver ‘Blacklist’ y ‘House of Cards’ tiende a ver ‘Ozark’“, dice Yellin. “Pero otro tipo de persona que descubrirá que le gusta ‘Ozark’ es un fan de ‘Narcos’ y ‘El Chapo’ y otros dramas y documentales orientados a los carteles de la droga”.
Y hay más. Los seguidores de la película de 2015 “The Big Short”, que lidia con los trucos sucios de Wall Street, han respondido a las travesuras monetarias que animan a “Ozark”.
“Nunca hubiéramos podido adivinar esto con anticipación”, dice Yellin. “Sólo seguimos qué programas tienden a agruparse. ¿Quién hubiera pensado que ‘Jessica Jones’ y ‘Kimmy Schmidt’ se juntarían?“. Al igual que _ y no es broma _ “Making a Murderer” y un concierto de comedia de John Mulaney.