Es mentira del presidente Abinader, el tren de Santo Domingo, construido por el Partido de la Liberación Dominicana, resolvió hace mucho, los problemas de los atascamientos de tránsito en el Distrito Nacional.
Es mentira que el Gobierno del PLD contrató la construcción de escuelas en distintos puntos del país sin investigar el estado legal de los terrenos, los cuales, en distintos casos, ni siquiera existían, pero se les avanzó dinero a los futuros constructores, cuyo destino se desconoce.
Es mentira que el Gobierno del PLD quebró decenas de pequeños emprendedores que suplían alimentos al programa de alimentación escolar, retrasando el pago, exigiendo coimas y revisando precios, a la baja, en una acción ilegal y abusiva.
Es mentira que el Gobierno del PLD hizo triquiñuelas y diabluras con las compras de toda suerte de artículos necesarios y con el correspondiente pago, el cual era escamoteado para pedir porcentajes ilegales y abusivos para ordenar la confección de los cheques, mala costumbre inveterada.
Es mentira que el Gobierno del PLD realizó compras de objetos innecesarios que se pudrieron en los almacenes. Es mentira, también, que gastaron millones en nominillas con pagos a personas inexistentes. Es mentira el deterioro y la destrucción que afecta decenas de hospitales y clínicas públicas y planteles escolares.
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Es mentira el ataque feroz e indiscriminado contra la cubierta boscosa del país ejecutada por autoridades civiles, militares y amigotes del partido, indignos herederos de bienes nacionales cuya explotación debe ser cuidadosamente regulada, para contribuir a la preservación del medio ambiente y asegurar el futuro del país. Es mentira la alteración de la nómina pública mediante el agregado de nombres de personas inexistentes o que cobraban un porcentaje del dinero que se erogaba en su favor.
Es mentira la sobrevaluación en las compras del Estado en vehículos, alimentos, ropas, equipos de oficinas y cualquier tipo de objetos y bienes que se precisaran para el cumplimiento de la misión.
Es mentira que los “avances” institucionales que dejaron fueron creados con el propósito de colocar sus parciales en las posiciones de poder, de mando, de influencia, a fines de ser favorecidos con un tratamiento especial, cuando fueran objeto de alguna investigación.
Es mentira que quisieron mantener el poder político creando instancias que los favorecieran en la aplicación de las leyes, en el Poder Judicial, o en la inamovilidad de puestos no profesionales, de la administración, para impedir la aplicación de nuevos modos de hacer más beneficiosos para el ejercicio del Gobierno. Aquí les dejo dos botones, pero hay muchos:
El Ministerio Público independiente, y el manejo eficiente de la pandemia creada por el COVID 19.