Habiendo el presidente Abinader cumplido con su deber de rendir cuentas por cuarta vez ante el Congreso Nacional, y de faltar dos meses y medio para las elecciones presidenciales de mayo, sin que se vislumbren situaciones que le impidan mantenerse en el poder cómodamente por otro período constitucional, algunos analistas comienzan a hacer proyecciones para el 2028, barajando nombres de posibles candidatos presidenciales para las elecciones que deberán celebrarse dentro de cuatro años y algunos meses.
Pero eso no es nada nuevo. Ha ocurrido en otras épocas, a lo cual me he referido años atrás. No juzgándolo como conveniente o reprochable. Solo en interés de recordarles a todos los que estén en esos menesteres, que recuerden que la historia no registra ningún caso en que un funcionario designado por el Poder Ejecutivo, en pleno ejercicio de alguna función, ha llegado a la presidencia.
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Hasta ahora, los que han ocupado cargos en el tren administrativo y alcanzaron la presidencia de la República, lo lograron cinco años o más, después de haber dejado las funciones que ocuparon. Pero ninguno, siendo funcionario ha dado el salto a la presidencia. Y eso, debería ser tomado en cuenta por los que pudieran estar anidando aspiraciones o son estimulados a ello. Vean esto:
El profesor Juan Bosch ascendió a la presidencia de la República en el 1963, pero llegó al país desde el exilio.
Joaquín Balaguer llegó a la presidencia en el año 1966, regresando luego de haberse asilado a la caída de la dictadura trujillista. Y como siempre hay quienes quieren buscarle la quinta pata al gato, alegando que de un ministerio saltó a la vicepresidencia y luego a la presidencia, hay que recordarles que no se trataba de un régimen democrático, sino de una dictadura.
Don Antonio Guzmán, quien alcanzó la presidencia de la República en el año 1978, lo logró 15 años después de haber ocupado la Secretaría de Estado de Agricultura durante el Gobierno de Bosch en el año 1963.
Salvador Jorge Blanco por su parte, había sido senador, pero previo a su ascenso al poder en el 1982, no había ocupado posición dentro del tren administrativo.
Leonel Fernández, quien llegó a la presidencia de la República en el año 1996, luego de haberse producido una situación que implicó una modificación constitucional, no había ocupado ningún cargo en el Estado.
Hipólito Mejía, que ganó las elecciones en el año 2000, había ocupado la Secretaría de Estado de Agricultura, 18 años antes de arribar a la presidencia de la República.
Danilo Medina, que arribó a la presidencia en el año 2012, si bien había sido designado ministro de la Presidencia, renunció de ella en el 2007. 5 años antes.
Luis Abinader, actual presidente de la República, no era funcionario público.
Con esto no estoy queriendo decir que será así toda la vida. Sin embargo, aunque haya quien pueda darle una interpretación diferente a mis intenciones, los años y el poquito de experiencia me mueven a aconsejarles, que si hay quienes tienen aspiraciones presidenciales con miras al 2028, lo piensen bien. Porque pudieran querer ser funcionarios y candidatos a la vez. Y la historia, aunque podría variar, hasta ahora ha sido muy clara y vidente.