Una fiesta de barrio donde los niños rompieron con palos una piñata con forma de agente del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y arrojaron pelotas a un tablero que parecía la cabeza del presidente Donald Trump, provocó polémica en East Chicago, Indiana, estado vecino de Illonis.
Medios locales indicaron que los organizadores, un grupo pro-chicanos llamado Brown Berets, reconocieron que la piñata tenía originalmente la forma de Batman, pero fue modificada para que se pareciera a un agente de Inmigración.
Las imágenes de la fiesta, donde los niños la emprenden a golpes de palos contra la piñata, fueron difundidas en las redes sociales y criticadas por varios miembros de la comunidad, para quienes esa actividad incentiva a los niños al odio y además es “ignorante e irrespetuosa».
Otras personas, en cambio, aplaudieron la idea y no la consideraron una ofensa a las autoridades. “Sí, somos radicales y controvertidos, nosotros siempre tendremos a gente en nuestra contra y es por eso que estamos acá para servir, observar y proteger a quienes lo necesitan”, dijeron los Brown Berets en un tuit sobre la fiesta realizada el 13 de julio pasado.
“Una piñata es una tradición mexicana que muestra que trabajar duro vale la pena. Una piñata no tiene que ser violenta, es nuestra cultura”, agregó la organización, que se identifica como un movimiento pacífico en defensa de los derechos civiles y está enfocada en apoyar la herencia chicana.
Anthony Martínez, miembro de los Brown Berets, declaró a periodistas que su grupo quiere manifestarse contra la política de deportaciones de Trump y que espera utilizar los fondos recaudados en la fiesta como ayuda a quienes soliciten asilo.
La ciudad de East Chicago tiene un poco más de 28.000 habitantes, con un gran porcentaje de inmigrantes de origen mexicano.