República Dominicana es uno de los países que menos invierte en salud mental. Del presupuesto nacional se invierte en esa área menos del 1%, aseguró el reputado psiquiatra y escritor José Miguel Gómez Montero. Los ciudadanos más pobres de las provincias fronterizas no tienen acceso a servicios de salud mental ni a medicinas.

Existen seis tipos de indicadores para lograr el bienestar, dijo Gómez. El primero, bienestar familiar, social, financiero, espiritual, emocional y la felicidad. Estos indicadores, cuando la población los alcanza se habla de bienestar social. Lo que la población logró en la pandemia de Covid-19 fue acceso temprano a vacunas y tratamientos. También se montó una logística por teléfono para atender la salud mental. Fue una respuesta a la pandemia. Ahora. “Tenemos un deficit de más de 200 camas hospitalarias a nivel nacional y faltan más de 200 psiquiatras”, informó.

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El profesional no cree que en este momento haya una recuperación en la salud mental de los dominicanos, pues es evidente el deficit existente en los programas de rehabilitación.

Ha aumentado el consumo de drogas en el país, como el alcohol, la marihuana, la cocaína, los alucinógenos ocupan la tercera causa de demanda de camas hospitalarias.

El tercer motivo por el que se ingresan a centros de salud dominicanos por debajo de 35 años es a causa de esos consumos de drogas, indicó Gómez.

El país tiene un deficit importante en los servicios de rehabilitación e inserción social de los enfermos mentales que deambulan por las calles, insistió.

Cenicienta

La salud mental sigue siendo la cenicienta del sistema de salud, todavía los afiliados a la seguridad social no tienen cobertura de los medicamentos, denunció el profesional. La Ley General de Salud es excluyente de los servicios de salud mental.

El bienestar social está conformado y se mide con indicadores de bienestar social alcanzado por la población. Si tiene acceso a servicios de calidad, si tiene capacidad de ahorro y si tiene representación de alcance en el Producto Interno Bruto. Es decir, si se beneficia de esos recursos, analizó el profesional.

Acceso a vivienda, agua potable, salud, recreación, vacaciones y a una vida con calidad y calidez, se puede hablar de bienestar social cuando se ha alcanzado el cumplimiento de estos indicadores. Se han elevado los indicadores de violencia social y eso se ve registrado en las encuestas. Se ha elevado la violencia de género y las quejas “llueven” en la gente del pueblo