No necesitó la tribuna para lograr la paridad

No necesitó la tribuna para lograr la paridad

Desde que se graduó de maestra normal, tan joven que las autoridades escolares la confundían con una alumna, su vida no se detuvo en el estudio y el trabajo constante, no solo en el área de la enseñanza. Fue abogada, catedrática, escritora, lingüista, diplomática, ensayista, disertante magistral.

Escribió los primeros libros de texto gratuitos del país y seleccionó otros de instrucción primaria acoplados a la realidad dominicana.

“Tatica y Fellito” fue su obra pionera. Después agregó “¡A jugar y a gozar! Por el mundo del cuento y la aventura”, “A la escuela” y “Amigos de aquí y allá”.

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Zoraida Heredia viuda Suncar no necesitó subir a una tribuna demandando equipararse al hombre. Conquistó esa paridad con su labor original, perseverante. Y con su ejemplo. Enviudó joven, se dedicó a la educación de sus hijos sin abandonar tareas laborales, fiel al estudio y al magisterio.

Trabajó en la adaptación de esos libros elementales que venían de otras tierras y “no permitió que se publicaran con palabras, expresiones, costumbres o rasgos físicos que no correspondían al niño dominicano”, expresa Bárbara, su hija.

Nació y creció en Santa Bárbara, guiada por su madre, Bárbara Heredia, junto a sus hermanas Aurora, Amparo, María y Candita. Ella fue la menor, pero la más activa. Tuvo también un hermano, Porfirio.

La inscribieron en la escuela de la maestra “Fefita Yupiter”, y de allí pasó al Instituto Juan Pablo Duarte, en la calle Hostos esquina Salomé Ureña. Se graduó a los 16 años, cuando inició su labor docente en la escuela Juan Pablo Pina, de San Cristóbal, que continuó en las escuelas Padre Billini, de la que también fue directora, y Normal de Varones.

Se recibió Doctora en Derecho, Cum Laude, en 1956, e ingresó como profesora de la UASD en 1962. Fue miembro del Movimiento Renovador que demandaba apertura democrática tras el ajusticiamiento de Trujillo. Impartió docencia en Legislación farmacéutica, Psicología educativa y Letras. Dirigió el departamento de Pedagogía.

Bárbara habla de su madre con devoción. No solo compartió y vivió su ejemplo, sino que ha debido preparar sus biografías para homenajes póstumos, como la emisión postal conmemorativa de su natalicio o la designación de la calle.

“Era sumamente amorosa, cuidadora de su casa, atendía cada detalle de nuestra educación y a pesar de su agenda extensa, complicada, sacaba tiempo para sentarse a jugar muñecas conmigo”.

La recuerdan “por su buen trato, su amabilidad, su dulzura… Sus alumnos la evocan con inmenso amor”, refiere.

Tenía una biblioteca de cinco mil ejemplares que fueron donados a la Biblioteca Nacional, a los que se entregaba al llegar al hogar.

“Muy femenina”. Zoraida nació en Santo Domingo el 18 de mayo de 1918. Estuvo casada con Emilio Suncar Chevalier, maestro y poeta, con quien procreó a Héctor y a Bárbara.

Fue subsecretaria de Educación; Vicecanciller de la República; Enlace entre el Gobierno dominicano y las Naciones Unidas en la organización del establecimiento en el país del Instituto Internacional de Investigación y Capacitación para la Promoción de la Mujer (Instraw).

En 1980 participó en la Conferencia sobre la Mujer celebrada en Copenhague, Dinamarca, donde firmó la “Convención Internacional para la Eliminación de todas las formas de Discriminación en contra de la Mujer”.

Fue vicerrectora y maestra de la Universidad Interamericana y trabajó para la Universidad O&M.

¿Era feminista? Entendía que la mujer tiene los mismos derechos, igual capacidad que los hombres a nivel profesional.

“Era muy femenina”, pero no era una activista del feminismo. “Creía en la igualdad de oportunidades”, comenta Bárbara.

Llevó una vida social e intelectual activa, hasta los 90 años.

Bárbara la recuerda “sumamente elegante, muy erguida, con tacones, el cabello recogido en un moño en la nuca”, con invariables aretes y collares de perlas.

Falleció el 29 de noviembre de 2011.

Deja como herencia “su labor educativa de toda la vida, la formación de maestros, los libros de texto y, en la lucha de la mujer, la eliminación de toda discriminación”.

Le queda el ejemplo de “su amor, su perseverancia, la paz que reflejaba”.

Otras de sus obras publicadas son: Estirpe de una maestra. María Socorro del Rosario Sánchez; Maestras y maestros dominicanos del siglo XX; Escritos, discursos y vivencias. Dejó inédito: Salomé: Desafío de una época.

La calle.
El 19 de septiembre de 2024 fue designada Zoraida Heredia Viuda Suncar la antigua calle 9 de La Castellana.
“Es un gran honor, que permitirá a futuras generaciones indagar y aprender sobre ella”.

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