En el inicio del Mes de la Patria y sus patrióticos fervores aprovecho la ocasión para sumarme a la exhortación del presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez, al Congreso Nacional, para que sus miembros desengaveten y aprueben un “viejo” proyecto de ley que duerme el sueño de los olvidados y que propone restaurar la inamovilidad del Día de Duarte debido a su significación histórica y patriótica
“Hoy la celebración patria del día del natalicio del Padre de la Patria y fundador de la República Juan Pablo Duarte y Diez, no es el 26 de enero; es cualquier día, toda vez que se traslada para favorecer el ocio, cuestión que genera confusión en los dominicanos y extranjeros, principalmente en las jóvenes generaciones”.
Puede leer: Viajes en yola
Una verdad de a puño que debería llevar a la reflexión a nuestros congresistas, pues esas jóvenes generaciones, como salta a la vista, están huérfanas de buenos e inspiradores ejemplos; desgraciadamente, la figura de Duarte ha ido diluyéndose a causa del poco respeto que se le muestra más allá de la celebración de su efeméride.
Pero al igual como se reclama la inamovilidad del Día de Duarte pasa lo mismo con el Día de los Santos Reyes, que año tras año genera protestas y confusión en torno a la fecha de su celebración. Y para que eso pueda ser posible solo habría que desempolvar un proyecto de ley del 2011, de la autoría de la entonces senadora Cristina Lizardo, que excluye el Día de Reyes y el Día de Duarte de los feriados que se trasladan en virtud de la Ley 139-97.
Es probable que sea el mismo proyecto al que alude Wilson Gómez, lo que facilitaría el trabajo de los legisladores. Pero inquieta que resulte tan difícil enmendar una ley que en nombre de la productividad y la generación de riqueza destruye valores y tradiciones que son parte de lo que somos como nación, además de sol, playas y bachata.
Por eso debemos recordarles, a los que lo han olvidado, que no solo de pan vive el hombre.