Por: José A. Dunker @josedunker

El 4 de enero, Blackerry dejó de dar soporte su icónico sistema operativo luego de años de continuo decrecimiento de su base de usuarios.

La historia de BlackBerry se remonta a finales de la década de los noventa cuando presentaron al mundo un producto único e innovador convirtiéndose en el #1 en el segmento de usuarios de negocios con una participación de un 20% a nivel global y más de un 50% en Estados Unidos.

Esto logró posicionar la empresa como la más dominante en su segmento. Y sus ejecutivos confiaron que tendrían respuesta todo lo que el público requería.

Evaluando hoy de manera retrospectiva podemos sugerir tres posibles errores:

No prestaron suficiente atención a sus competidores.
No interpretaron hacia donde se dirigía el interés de sus clientes.
Sus ejecutivos se confiaron en sus propias ideas.

Pensando en este ejemplo de BlackBerry, podemos usarlo para revisar la manera en cómo dirigimos nuestro accionar día por día. Con la experiencia que nos ha dado la reciente pandemia y sumado a los cambios que esto ha traído a todo nuestro entorno, podemos proponer 2 puntos:

Siempre debemos están buscando formas diferentes de pensar y hacer todo nuestro accionar por simple que parezca lo que hacemos o pensamos.
Estar preparados para nuestro entorno cambie aun sin previo aviso, si no cambia cámbialo tu mismo.

Dicen los grandes ganadores al alcanzar el máximo premio, que más difícil que llegar a la cima es lograr mantenerse en la cima. Blackberry es un ejemplo de esto. Hoy en día solo recodamos con nostalgia esos días de gloria de los teléfonos BB, el BB Messenger, o el famoso teclado de los BB.

Se podría pensar que todo el éxito que disfrutan Apple y Android podría también estar compartido al día de hoy con Blackberry.

El mundo de hoy evoluciona demasiado rápido, lo imposible hoy puede ser posible mañana. Si no está roto, ¡rómpelo!