Corea del Norte aseguró el viernes que los casos más recientes de fiebre que detectó en su región fronteriza con China resultaron ser de influenza y no coronavirus, como se temía en un principio.
El reporte de la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA por sus iniciales en inglés) fue emitido un día después de que el país anunció el cierre de zonas no especificadas de la provincia de Ryanggang después de que cuatro personas padecieron fiebres, de las que se sospechaba que hubiesen sido causadas por COVID-19.
Corea del Norte sostiene que no ha tenido casos confirmados de coronavirus desde el 10 de agosto, cuando el mandatario Kim Jong Un declaró una victoria ampliamente cuestionada sobre la enfermedad, apenas tres meses después de que el país reconociera un brote de la variante ómicron en su territorio.
Según la KCNA, las pruebas diagnósticas de las muestras, la naturaleza de los síntomas y la información recolectada a partir del rastreo de contactos llevó a los trabajadores de salud a la conclusión de que las fiebres fueron provocadas por influenza.
La temperatura de los pacientes ya se normalizó, añadió la agencia. Funcionarios norcoreanos levantaron las restricciones, pero exhortaron a la población a mantener la cautela por medio del uso de mascarillas y, de presentar algún síntoma de fiebre, reportarlo de inmediato a las autoridades.
Aunque Kim aseguró que el éxito de su país en el combate al virus sería reconocido como un milagro de salud a nivel global, los expertos creen que Corea del Norte ha manipulado las informaciones sobre el brote para ayudarlo a mantener un control absoluto.
La declaratoria de victoria es un indicio de las intenciones de Kim de pasar a otras prioridades, incluyendo un posible ensayo nuclear, dicen los expertos. Después de reconocer un brote de la variante ómicron del virus en mayo, Corea del Norte reportó unos 4,8 millones de “casos de fiebre” entre los 26 millones de habitantes, la mayoría de ellos no vacunados, aunque indicó que sólo una fracción de las infecciones eran casos de COVID-19.
Los expertos consideran que la cifra oficial de 74 decesos es anormalmente baja, tomando en cuenta las carencias en la infraestructura de salud pública de la nación.
Corea del Norte insiste en que Corea del Sur fue responsable de su brote de COVID-19 y ha advertido con represalias “letales”, asegurando que el virus llegó en panfletos con propaganda en contra de Pyongyang y otros materiales que activistas civiles surcoreanos envían en globo a través de la frontera. Seúl ha rechazado estos señalamientos, diciendo que son “ridículos” y carentes de bases científicas.