Juan Carlos Camino empezó a patinar a los siete años, disfrutó cada momento que se deslizó por superficies regulares, pero abandonó temporalmente ese emotivo y vibrante deporte porque tenía responsabilidades escolares y asumió con responsabilidad el compromiso de terminar los estudios secundarios, y cuando retomó el entretenido pasatiempo ya había cumplido 28 años. Desde entonces es uno de sus pasatiempos favoritos, que comparte con la emotiva distracción de recorrer largas distancias en vehículos todo terreno por zonas inhóspitas del país, entre montañas, ríos, arroyos, baches y caminos pedregosos.
Muchas cosas habían cambiado para esa etapa de su vida. Los patines eran modernos, en línea, “y desde entonces no he parado de patinar. Tengo 29 años patinando y así, grosso modo, casi estoy terminando la tercera vuelta al mundo, calculando que la circunferencia de la tierra son 40,000 kilómetros y calculo que he patinado alrededor de 110,000 kilómetros, de modo que en tres años completo la circunferencia de la tierra, que es de 40.008 kilómetros. Eratóstenes consiguió medir el perímetro terrestre 200 años antes de Jesucristo con una gran aproximación: 39.614Km.
El holandés Hoans Brinker se menciona como el primer inventor de los patines de ruedas. En 1770, el belga Jean-Joseph Merlin creó unos patines incorporando cuatro ruedas dispuestas en una sola línea. Estos primeros patines tenían ruedas metálicas y era difícil frenar.
Juan Carlos recuerda que era un mozalbete y patinar no implicaba riesgos porque no había muchos vehículos y las posibilidades de un accidente de tránsito eran mínimas. Los patines eran rudimentarios, con ruedas de hierro y con el paso del tiempo y las nuevas tecnologías se fabricaron modernos y más seguros. Le gusta patinar solo los fines de semana. Ahora, con la experiencia adquirida, patina en medio de chubascos o de copiosos aguaceros y no usa ningún tipo de protección, ni casco, ni rodillera, nada. Se cuida básicamente de niños y de adultos que circulan en bicicletas.
“Regularmente voy al Mirador del Sur y patino 20 o 30 kilómetros. Cada vuelta son diez kilómetros y doy dos o tres vueltas. Antes daba siete vueltas, pero ya no dispongo de tanto tiempo para eso. En el grupo de amigos patinadores hemos hecho excursiones Santo Domingo-San Pedro de Macorís. En una ocasión salimos 12 personas y llegamos tres. También vamos a Boca Chica y San Cristóbal. La generación de patinadores sólo dura diez años. Yo llevo tres generaciones patinando, sin parar. Es una actividad muy saludable porque permite mantener una buena oxigenación del cerebro, uno piensa mejor y mantiene buen estado de ánimo”.
Disfrutar la naturaleza.
El contacto con la naturaleza es algo hermoso y estimulante. Dios nos hizo ese regalo para que la disfrutáramos y también la cuidemos. Hay que tomar cada día más conciencia sobre la responsabilidad que nos toca a los hombres para protegerla y preservarla.
Ambos hobby’s que practico me permiten ese contacto que me encanta y emociona.
Pertenezco a un grupo de monteadores que nos denominamos “Monteadores Amigos”, alrededor de 25 personas que nos apasiona conocer el país por los caminos y senderos más inhóspitos, tanto en Four Wheel, Buguies o motores de dos ruedas. Recorremos largas distancias en rutas que realizamos mediante el uso de GPS o rutas que han realizado otros monteadores y nos envían la información para que nuestro grupo las haga.
Cumplimos este próximo mes de Agosto 15 años y lo cierto es que en ese lapsus de tiempo hemos recorrido prácticamente todo el país, conociendo sitios bellísimos, balnearios naturales de difícil acceso, ríos que nacen en lo alto de las montañas y cascadas poco frecuentadas por el público que nos permite darnos un chapuzón para refrescarnos, reponer fuerzas y seguir hacia adelante.
También participamos en eventos deportivos de este género organizados por clubes en las diferentes provincias. Hace algunos años participábamos en competencias que se hacían durante el desarrollo del evento, aunque ahora nos interesa más el paseo y disfrutar la ruta.
Lo interesante de esta disciplina es que hay mucha solidaridad entre todos los que nos encontramos en los montes, que en alguna ocasión podemos tener percances con los aparatos, que sufren averías, pinchaduras u otros daños, siempre se le da la mano o ayuda a quien lo necesita. Si el daño no permite continuar con la ruta, se saca al monteador hasta el pueblo más cercano para que pueda auxiliarse de un vehículo e ir con su aparato a la localidad donde nos reuniremos al final del día.
Hacemos rutas de un solo día, sin embargo, las más interesantes son de un día para otro o de tres días, recorriendo largas distancias, pasando por una inmensidad de pueblecitos que no aparecen ni siquiera en el mapa.
Acampamos en hoteles de las ciudades y en ocasiones en el mismo monte, en tiendas de campaña.
Una de las zonas que más me ha impresionado y por la que nos movemos de vez en cuando es la frontera. Es muy árida, por tanto, muy poco apta para el cultivo, con mucha escasez de agua y pocas lluvias que no permite tampoco desarrollar la ganadería. Es por ellos que está bastante despoblada, con una carretera internacional que la cruza de sur a norte en muy mal estado y con precipicios, y el que se fue por ahí, se perdió para siempre.
La cordillera central es un espectáculo por su inigualable vegetación y montañas llenas de frescor y aromas naturales.
Las montañas de la zona norte son bellas. En sus cimas podemos ver hacia el norte el mar y al sur grandes llanuras.
Si queremos montear por mucho lodo nos acercamos hacia la zona de los Haitises, El Seibo, Sabana de la Mar, zonas por donde hay una gran pluviometría. Más adelante, en la provincia de La Altagracia nos encontramos a partir de Miches con 80 kilómetros de playa virgen por unos caminitos que usan los lugareños para recolectar cocos y unas playas exóticas de impresionante belleza.
En fin, esta actividad en la que participamos es muy reconfortante y apasionante. Nos permite descubrir la gran diversidad de nuestra naturaleza y los estilos de vida del pueblo dominicanos, que siempre nos ha brindado una gran hospitalidad en todos los lugares por donde paseamos.
EL PROTAGONISTA
Juan Carlos
Apellido: Camino
Ocupación: Administrador de los periódicos El Nacional, El Día y HOY, del grupo de comunicaciones Corripio.
Fecha y lugar de nacimiento: 19 de enero, 1961, España.
Los padres de Juan Carlos residían en Cuba y a principio de la década de los años 60 se trasladaron a España y antes de migrar a este país nació el protagonista de esta historia. A su llegada, Camino tenía seis años. Actualmente tiene 51 años en el país y se siente “tan dominicano como los demás”.
Patina bajo la lluvia en el Mirador Sur los fines de semana y disfruta recorriendo largas distancias en vehículos todo terreno, de tracción trasera y delantera, compartiendo con humildes familias que residen en esos lugares.