Encuentros. Nostalgias navideñas

Encuentros. Nostalgias navideñas

Cuando la Navidad es nostalgia

Llegan días de nostalgia
días de paz y de amor
de recuerdos y añoranzas
que a veces nos traen dolor.

De las personas queridas
que se han ido o que están lejos
de comidas de juguetes
de discutir con los viejos.

Llegan días de nostalgia…

las familias se reúnen
todos somos más humanos.

Y recordamos el día
que en un portal de belén
desde el vientre de María
aquel niño iba a nacer….

Llegan días de nostalgia
dulce y blanca navidad
se mezclan los mantecados
con risa y felicidad.

Navidad es navidad
días de paz e ilusión
navidad es navidad
llena de magia y de amor.

Navidad es ese sueño
que nunca vas a olvidar
sueños de amor de nostalgia
de pena y felicidad.

www.poesiasdeamorysentimiento.com

M e pregunto por qué esta época navideña en vez dealegrías me ha provocado nostalgias. Quizás porque el mundo no está bien, y esa pausa de falsa paz y de felicidad simulada es parte de la hipocresía institucionalizada, donde prevalece la mentira estructural, que se ha hecho parte de esta sociedad que pide a gritos ser cambiada.
Adoro la Navidad, porque es símbolo de redención, de renacer para reconstruir sobre los trazos de nuestras vidas. Amo este tiempo porque es también una oportunidad única para decirle a los nuestros cuánto los amamos. Un tiempo para evaluarnos y redimensionar lo que hacemos.

Hemos perdido el sentido de la Navidad. Ahora es fiesta, y Santa Claus ha sustituido al Niño Jesús, al niño Dios que vino al mundo a traer un mensaje de redención y esperanza. A proclamar que el verdadero amor debería guiar nuestros días.

Pero, y no puedo negarlo, me molesta que de repente durante el período navideño, todos, absolutamente todos, nos volvemos buenos, amables con los demás, solidarios y decimos perdonar. Pasado los 31 días del mes mágico que produce milagros, la realidad vuelve a tomar su ritmo. Como escribía Joan Manuel Serrat en su mítica canción “Fiesta”, al acabarse la función temporal de la alegría buscada, todos vuelven a sus propios escenarios, y la vida sigue su agitado curso solitario, de enfrentamientos y mentiras:

Gloria a Dios en las alturas,
Recogieron las basuras
De mi calle, ayer a oscuras
Y hoy sembrada de bombillas.

Y colgaron de un cordel
De esquina a esquina un cartel
Y banderas de papel
Verdes, rojas y amarillas.

Y al darles el sol la espalda
Revolotean las faldas
Bajo un manto de guirnaldas
Para que el cielo no vea,

En la noche de San Juan,
Cómo comparten su pan,
Su tortilla y su gabán,
Gentes de cien mil raleas.

Apurad
Que allí os espero si queréis venir
Pues cae la noche y ya se van
Nuestras miserias a dormir.

Vamos subiendo la cuesta
Que arriba mi calle
Se vistió de fiesta.

Hoy el noble y el villano,
El prohombre y el gusano
Bailan y se dan la mano
Sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
A la sombra de un farol
Empapados en alcohol
Abrazando a una muchacha.

Y con la resaca a cuestas
Vuelve el pobre a su pobreza,
Vuelve el rico a su riqueza
Y el señor cura a sus misas.

Se despertó el bien y el mal
La pobre vuelve al portal,
La rica vuelve al rosal,
Y el avaro a las divisas.

Se acabó,
El sol nos dice que llegó el final,
Por una noche se olvidó
Que cada uno es cada cual.

Vamos bajando la cuesta
Que arriba en mi calle
Se acabó la fiesta, Joan Manuel Serrat

Al constatar esta verdad, se me ha desvanecido la motivación que cada año me emocionaba hasta las lágrimas porque era mi oportunidad de volver a nacer, de regresar a mi vida después de la pausa con gran energía vital y esperanzas renovadas.

Ya me estoy haciendo mayor, y ya no me quedan cosas para descubrir. La vida a cierta edad no guarda sorpresas; aunque siempre quedan y quedarán pequeñas cosas por descubrir. Lo que sí no puedo negar es que con los años me he vuelto intolerante con los hipócritas que intentan vender una falsa imagen angelical, cuando en el fondo no son más que víboras voraces de fama, poder y riquezas.

En esta Navidad, aunque participaré en las tradicionales fiestas familiares y de los encuentros con los amigos del alma. Como he dicho en varias oportunidades, no pido nada más a la vida, estoy conforme con ella. Satisfecha de mis decisiones, incluyendo las que me he equivocado. Hacer malas elecciones, si bien asumes las consecuencias, también te ayudan a crecer, pues errar es parte del precio de caminar.

Mi problema, como también lo he expresado en muchas oportunidades, es con esta sociedad, con este mundo, con estos dirigentes… Maltratamos el medio ambiente, y los dirigentes, en especial el presidente del coloso del norte, se niegan a ver la realidad. En nuestro país, por ejemplo, el vertedero de Jarabacoa está maltratando el entorno, el fuego no se detiene y el responsable, el alcalde de la comunidad vive su vida a espaldas de esa realidad. El mundo está en vilo con las protestas sociales, el Reino Unido ha ratificado el Brexit; España todavía no ha podido constituir el gobierno; Bolivia prepara nuevas elecciones con el fantasma de Evo Morales pululando por todas partes; Chile vive una calma relativa; Argentina inició un nuevo gobierno con la cuestionada presencia de Cristina Fernández; Venezuela sigue su ritmo acelerado de autodestrucción y el payaso de su presidente sigue aferrado al poder sin pensar en las consecuencias; República Dominicana está sumergida con nuevas elecciones generales, donde el oficialismo está en una posición más que difícil; en fin… una pausa navideña solo para que en enero volvamos a la faena cotidiana.

Las imágenes de los políticos entregando canastas, y, divulgando sus mensajes de Navidad; y no quiero ver de nuevo, aunque sé bien que pasará, a los miembros del gobierno con sus esposas y de algunos líderes políticos entregando juguetes a los niños pobres. De nuevo las largas filas desde la madrugada para obtener la dádiva momentánea de todo lo que se les arrebata todo el año.

¡Oh Dios! Perdóname, Señor, porque quiero celebrar la llegada del niño Dios. Aprovechar la ocasión para estar con los míos. Perdóname, Señor porque en vez de alegría, reflejo desaliento y desencanto. Perdóname, Señor, pero el mundo necesita con urgencia tu intervención. A pesar de todo, Feliz Navidad, junto a los suyos.

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