Nuestro supremo deber: proteger la integridad de niños (as) y adolescentes

Nuestro supremo deber: proteger la integridad de niños (as) y adolescentes

Fernando Álvarez Bogaert.

A los padres y madres de nuestra patria 3/3

En las entregas anteriores presentamos los beneficios y riesgos para niños (as) y adolescentes del uso de las redes sociales. Estas son sin duda una fuente de dinamismo económico, por lo que es necesario buscar alternativas para manejar los riesgos mientras aprovechamos las oportunidades.

Los hacedores de política deben crear medidas que garanticen un equilibrio factible entre los beneficios económicos y la seguridad. Sin embargo, se presentan algunas dificultades como la identificación de los usuarios y protección de la privacidad. Es un imperativo que los padres, instituciones sociales, educativas y religiosa jueguen un papel preponderante para enseñar la forma de contrarrestar los peligros antes expuestos. Las instituciones educativas deben incluir en sus programas temas como el bullying, la ciberseguridad y la adicción a las redes sociales; proveer apoyo psicológico constante a los jóvenes y crear espacios donde puedan sentirse escuchados y apoyados.

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Mientras tanto, los padres tienen el deber supremo de tomar cartas en el asunto de manera directa a fines de proteger la integridad de sus hijos (as). Esta tarea se convierte en un reto, eliminar el acceso a los dispositivos ya no es una opción. Muchos de los programas educativos requieren acceso a los diferentes dispositivos. De igual forma, los celulares inteligentes son la principal fuente de comunicación en las familias y la manera más fácil de comunicarse con los hijos (as), es en estos medios donde estos sectores tan vulnerables desarrollan su vida social hoy.

Algunas soluciones que proponemos para los padres se refieren a la promoción comunicacional en los círculos familiares en torno a temas fundamentales como: privacidad, valores y confianza. Proveer a los niños (as) y adolescentes de la información adecuada sobre los riesgos que enfrentan en estos medios y darles las herramientas para enfrentar este tipo de problemas en caso de que se presenten. Se les debe proporcionar una supervisión constante de cómo utilizar las redes sociales adecuadamente y de manera segura.

El establecimiento de reglas en cuanto a contenidos, horarios, acompañamiento consensuado de manera respetuosa y conversaciones regulares con los niños (as) y adolescentes, prestando especial atención a dudas y/o cambios en sus comportamientos, es esencial.

Los padres deben orientar actividades de ocio y/o deportes al aire libre permitiéndoles desconectarse de sus dispositivos electrónicos e integrarse en círculos sociales sanos donde puedan desarrollar su autoestima.

A manera de conclusión, las redes sociales llegaron a nuestras vidas para quedarse. Gestionar el uso de las mismas, apoyando a nuestros niños (as) y adolescentes en su uso adecuado es parte fundamental de la educación en estos tiempos. La primera fuente de información debe ser el hogar, donde se deben explicar los fundamentos de la vida humana y de la seguridad personal. Esto debe lograrse antes que cualquier fuente extraña se aproveche de la vulnerabilidad de nuestros niños (as) y adolescentes: las joyas de nuestra patria.

Investigadora asociada: Julissa Lluberes

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