El tiempo es probablemente la invención más impalpable para medir la existencia, marcar nuestro paso por la vida y poder confirmar frente a la eternidad y el universo, ese pedacito que nos toca.

Para Miguel Eduardo Houellemont .
María Alejandra de la Hoz ,
Claudia Roa.

Para medir ese referente se han inventado sistemas, metros, agujas, campanas, mecanismos, números y toda una cantidad de artefactos e instrumentos que nunca podrán expresar los tiempos del alma y mucho menos calcularlos, porque ese tiempo es íntimo, callado, privado.

Es ese sentir esa memoria que marcan el recuerdo, la melancolía, y que se viste de olores, perfumes, sabores que te transportan, te desplazan y te llaman como la magdalena de Proust o el simple olor de una flor, de un vendaval, de los vientos que te llevan a tu infancia, a tu juventud o a los espacios y lugares donde evolucionaste en ese pedazo de tiempo que va marcando tu vida.

El tiempo existe con fecha, hora, minutos y segundos, pero tambien existe como un referente global cuando expresamos de manera casi abstracta en´´aquellos tiempos´´expresión que llama cierta complicidad con el interlocutor y que te invita a mencionar una época, un momento, un siglo, porque «aquellos tiempos» se refiere a lo mencionado con anterioridad y solo captado por un interlocutor que tenga el referente desde el inicio de lo evocado,puede ser un tiempo lejano y recordado sin medición,´´la vida campestre se desarrollaba con espíritu de solidaridad entre los campesinos y el vecindario.

En aquellos tiempos era imposible pensar que un vecino tuviera hambre, eran tiempos de mucha fraternidad´´.

Estamos en una narración ubicada en los relatos campestres de George Sand, y sabemos que esos tiempos se sitúan a finales del siglo 18 y principios del siglo 19.´

Con el señalamiento del pronombre ´´aquellos´´ tenemos el distanciamiento y sabemos que es el pasado, la ubicación precisa nos la dará la contextualización referencial del texto haciendo memoria. Es el ayer.

Pero cuando hablamos de ´´estos tiempos´´estamos en ese hoy inmediato, ese hoy que nos azota con la epidemia global, que de Santo Domingo a Paris, de Madrid a New York, de Tokio a Pekín , ´´estos tiempos´´ son de todos, porque son los tiempos de pandemia sin fecha, para terminar… pero de hoy, de ahora.

Estos tiempos son de pandemia para todos, tiempos que nos imponen nuevas culturas con el ser humano. Nunca hemos estado enfrentados al límite de la vida y de la muerte, nunca nos han exigido, velar por nuestra salud,como ahora.

Nunca hemos sentido que la vida es preciosa, que hay que protegerla y reservarla como un regalo inesperado que debemos merecer.

No nos desesperemos, estos tiempos son para tomar conciencia de lo grande que es la vida, de lo inmenso que es ver, oler, sentir, pensar, reír, llorar, sufrir, amar.

Estos tiempos son para experimentar cuán grande y fabuloso es lo humano, cuán trascendental es hablar, comunicar, conectar, pensar, porque estos tiempos son para darle el tiempo al tiempo.

Dale el tiempo al tiempo rompe todas los relojes, todas las horas medidas y prescinde de la medida de horarios,´ ´date tiempo ´ ´ de desayúnarte tranquilo y tranquila, hablando un rato con tu pareja, con tus hijos, con tus amigos y recupera todo ese tiempo que desperdiciaste …cuando pensabas que lo tenías todo… Sin embargo, no te dabas el tiempo, no te lo regalabas como un pedacito de vida y de amor.

Es por eso que ahora tenemos la posibilidad de sentir el tiempo como vector de vida, porque lo podemos ordenar con nuestra realidad,una realidad impuesta por un enemigo invisible, inmedible que nos acecha, pero que nosotros podemos y debemos vencer con toda nuestra humanidad.

Somos cada uno y cada una de nosotros que debemos marcar el tiempo con nuestros cerebros y nuestros corazones y también nuestro cuerpo, en asuntos geniales, sencillos que muchos desconocemos, cómo respirar.

Personalmente, desde mis clases de educación física yo no sentía mi respiración y me puse a buscarla, y es divino sentir la inhalación y la espiración, con ese viento de vida que entra y sale de tu cuerpo y también podemos aprender a liberar nuestra morfología de todos los puntos tensos y sentir que somos un ordenamiento morfológico milagroso que todo en nuestro ser tiene armonía y articulación que debemos honrar día a día.

Cuando el cuerpo enciende su coherencia con el pensamiento se puede vivir momentos inolvidables desde la casa.

Ponerse a leer las evocaciones de la tierra andaluza de Lorca,volver al pensamiento de la Yourcenar en la boca de Adriano, sentir el sur profundo de Faulkner,y llorar y reír pasando las hojas de las novelas de Garcia Márquez y de Jorge Amado.

Pero estos tiempos también nos ponen frente a una nueva cultura de la alteridad, por ejemplo el distanciamiento en una fila, te pone a experimentar que no puedes irle arriba a nadie, ni robarle su turno en fila, ojalá que esto se entienda como una educación y que se quede, que higienizar los espacios públicos es responsabilidad de todos los días, con y sin pandemia, que organizar las entradas y salidas por tonterías también se organizan… en un país donde familias de 8 tienen 8 carros, donde no se camina ni dos cuadras…

En otros países como en Francia, en París precisamente, la gente de mi barrio va marcando más gentileza y simpatía, el contexto invita a hablar, a intercambiar, a ser gentil y he experimentado como el individualismo de los franceses ha tenido que recogerse, que el asunto es colectivo y comunitario.

En París la alcaldesa, responsablemente tuvo que imponer mascarilla obligatoria para todos y una multa de 135 euros si no se respeta ese mandato municipal.

Fue muy interesante observar cómo el derecho individual tiene que conjugarse con el colectivo.
No se trata de ponerse o no mascarilla si tú quieres, debes ponerla por los demás aunque no quieras…y de ahí la alcaldía sacó toda una campaña educativa sobre la responsabilidad ciudadana compartida.

Estos tiempos son los tiempos de una misma responsabilidad para todos ´´VIVIR´´no importa la clase social, el sexo, la cultura, la raza, son tiempos para una sola humanidad , son tiempos que nos dicen que frente a la muerte, la Humanidad es una sola e irremplazable, sin divisiones ideológicas, de clase .

Somos una humanidad, única y exclusiva.
«Estos tiempos» son el hoy, el ahora, cada día , son los tiempos de lo inmediato que nos pide vivir, seguir, apoyar y reforzar todo lo que vive en nosotros, la paz, el amor, la ternura, el respeto y a generosidad natural de facilitar y proteger la vida de los demás.

Hoy más que nunca debemos sentirnos existencialistas hijos e hijas de Albert Camus, para ustedes sus palabras ´´La grandeza del hombre está en ser más fuerte que su condición…..Y si su condición es injusta, le toca a él ser más justo que su condición´´…in ´´La noche de la verdad ´´