Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, notificó hoy al Congreso por carta el último envío de 350 soldados a Irak para proteger al personal diplomático y la embajada en Bagdad, la tercera misiva desde el inicio de los bombardeos selectivos contra el Estado Islámico (EI) en ese país.
Los primeros soldados del nuevo contingente llegaron ayer a Irak, su cometido será proteger al personal y las instalaciones estadounidenses y están equipados para el combate, detalla Obama en su carta al Congreso.
Cuando el Pentágono anunció el envío hace tres días subrayó que estos soldados no tendrán un rol de combate y explicó que este contingente eleva la presencia militar estadounidense en Irak a más de 1.200 militares para contribuir a frenar la ofensiva de los yihadistas del Estado Islámico en el norte del país.
“Los soldados permanecerán en Irak hasta que la situación de seguridad deje de requerirlo”, explica Obama en su misiva a los legisladores. Esta es la tercera vez que el presidente estadounidense informa al Congreso de la campaña de ataques en Irak que comenzó hace un mes, en virtud de lo previsto en la Resolución sobre Poderes de Guerra.
La “War Powers Resolution”, una ley federal que data de 1973, establece que es el Congreso el que debe autorizar una guerra, si bien el mandatario puede desplegar tropas cuando exista una “emergencia nacional” a causa de un ataque contra el país o sus intereses.
La legislación exige que el presidente informe al Congreso dentro de las 48 horas de una acción militar y prohíbe que los soldados estadounidenses permanezcan en conflicto en el exterior más de sesenta días sin autorización del Congreso o una declaración de guerra.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, anunció este viernes que formará una coalición de países para combatir al Estado Islámico en Irak, aunque descarta enviar efectivos terrestres.
Estados Unidos busca apoyo de otros países para hacer frente a la creciente amenaza de los yihadistas, que en las últimas semanas han asesinado a dos periodistas del país norteamericano en represalia por la decisión de Washington de lanzar ataques aéreos contra el EI en Irak.
EE.UU. invadió el Irak de Sadam Husein en 2003 y casi nueve años después retiró a sus tropas del país, donde sufrió cerca de 4.500 bajas mortales.
Hasta 2011, los aliados de la OTAN mantuvieron una misión de entrenamiento de las fuerzas de seguridad en ese país similar a la que podrían establecer ahora si las autoridades de Bagdad así lo solicitaran.