Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió hoy a la comunidad internacional que no baje la guardia hasta lograr el objetivo común de “cero” casos de ébola, porque el virus es “impredecible”, al reunirse en la Casa Blanca con los mandatarios de los tres países más afectados por la epidemia.
Obama recibió a la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, y a los mandatarios de Guinea, Alpha Condé, y Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, quienes se encuentran esta semana en Washington para participar en las reuniones conjuntas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
“En circunstancias extraordinarias, los ciudadanos de estos tres países han demostrado un gran coraje y determinación, tratando y cuidándose unos a los otros, especialmente a niños y huérfanos”, subrayó Obama ante los periodistas al inicio de la reunión.
La semana pasada “hubo menos de 40 nuevos casos (de ébola), así que hemos visto un gran progreso”, destacó Obama al recordar las recientes cifras facilitadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con la OMS, la semana que concluyó el 5 de abril se registró la menor incidencia de casos de ébola desde la tercera semana de mayo de 2014, con solamente 30 infecciones.
El objetivo compartido debe ser el de llegar a “cero” casos y “no podemos ser complacientes” porque el virus “es impredecible”, indicó Obama.
“La comunidad internacional debe seguir plenamente comprometida» con la lucha contra el virus, “hasta que no haya casos de ébola en estos países”, pidió el presidente a continuación.
Obama sostuvo que una de las tareas pendientes es la reconstrucción de los sistemas sanitarios de Liberia, Guinea y Sierra Leona, para prevenir futuras epidemias y satisfacer “necesidades diarias” como la vacunación contra el sarampión o el tratamiento de enfermos de sida o malaria.
“La epidemia de ébola ha sido también una crisis económica” para los países afectados, que tienen entre sus retos “restablecer los mercados y el crecimiento agrícola, y promover la inversión y el desarrollo”, según el mandatario estadounidense.
En febrero pasado, Obama ya se reunió en la Casa Blanca con la presidenta Johnson Sirleaf y se ha mantenido atento al desarrollo de los acontecimientos en los tres países más afectados por la epidemia.
A finales del año pasado, Obama ordenó el despliegue de 2.800 militares estadounidenses en la región para apoyar a las autoridades locales, y se estima que han formado a unos 1.500 profesionales de salud y gestionado la construcción de numerosas unidades de respuesta al ébola.
Ante el descenso en el número de casos de ébola, apenas cien de esos militares se quedarán en la región a partir del 30 de abril.
Para evitar un brote del virus en Estados Unidos, en octubre se empezó a tomar la temperatura a los pasajeros procedentes de África Occidental en cinco grandes aeropuertos del país.
Más de una decena de enfermos de ébola fueron tratados el año pasado en territorio estadounidense y dos murieron, entre ellos el liberiano Thomas Eric Duncan, que llegó a Dallas (Texas) para casarse con su prometida en septiembre cuando incubaba el virus de la enfermedad sin saberlo, y falleció en octubre en un hospital.
A mediados de marzo pasado, un grupo de 16 estadounidenses fue trasladado al país y puesto en observación por el temor a que hubieran contraído el ébola en Sierra Leona.
Uno de ellos sí se había contagiado y fue ingresado en un centro médico de los Institutos Nacionales de Salud en Maryland, a las afueras de Washington, donde estuvo en un principio en estado crítico hasta iniciar un periodo de recuperación que culminó con su curación.
El paciente, cuya identidad no se ha revelado, recibió el alta la semana pasada.
A pesar de que la incidencia del ébola en África Occidental está decayendo considerablemente y todos los indicadores confirman que la tendencia para acabar con la epidemia es la correcta, la OMS indicó la semana pasada que el brote es aún una emergencia sanitaria de alcance internacional.
En 15 meses, la epidemia de ébola en África Occidental ha infectado a 25.556 personas -confirmados, probables y sospechosos-, de las cuales 10.587 han muerto.