Washington. El presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró hoy que la negativa de los republicanos en el Senado a considerar a su candidato para el Tribunal Supremo “daña la credibilidad” en la justicia al convertirla “en una extensión de la política».
“En ese momento el sistema judicial se convierte en una pura extensión de la política. Y daña la credibilidad de los ciudadanos en la justicia”, afirmó Obama en una entrevista con la radio pública estadounidense NPR.
El mandatario anunció este semana su decisión de nominar al juez federal Merrick Garland para ocupar el cargo vacío en el Tribunal Supremo tras la muerte la pasada semana del juez Antonin Scalia.
Sin embargo, tal y como había adelantado Mitch McConnell, el líder de la mayoría republicana en el Senado, cámara que debe confirmar a Garland, no se celebrará una audiencia de confirmación este año y esperarán a que haya un nuevo presidente tras las elecciones de noviembre.
McConnell argumenta que deben ser los ciudadanos quienes decidan en las urnas al tratarse de un año electoral.
“La gente de EEUU puede elegir a un presidente que designe a Garland o puede elegir a un presidente que designe a otro candidato diferente.
Sea como sea, lo que queremos es dar voz al pueblo» mediante las elecciones de noviembre, sostuvo el senador por Kentucky y líder de la mayoría republicana en Senado.
Obama remarcó, por contra, que “los ciudadanos ya decidieron, en 2012, cuando me eligieron presidente».
“No dijeron, vamos a acordar que tú estás al mando por tres años y luego en el tercer año, te tomas un descanso”, dijo el mandatario que concluye su segundo mandato como presidente.
Para Obama, la designación de Garland, un juez centrista alabado por ambos partidos, “ayudaría a reafirmar el sentido de que el Supremo está por encima de la política, y no solo su extensión».
La muerte de Scalia, todo un estandarte del conservadurismo, dejó a la corte compuesta por nueve miembros dividida entre cuatro jueces que comparten esa inclinación y cuatro de tendencia progresista, por lo que su sucesor podría ser decisivo en las decisiones que tome el tribunal sobre temas como el aborto o el derecho a portar armas.