Washington. EFE. El presidente de EE.UU., Barack Obama, pidió ayer a sus compatriotas dejar atrás las “excusas” para actuar con “urgencia” para mejorar el control de las armas de fuego, al subrayar que el país ha vivido “demasiados” tiroteos masivos y que el Congreso tiene que ser “valiente” para legislar al respecto.
Visiblemente emocionado y entre lágrimas cuando recordó a los 20 niños asesinados en el tiroteo en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut) en 2012, Obama presentó en la Casa Blanca un paquete de medidas ejecutivas cuya pieza principal es una nueva regulación para ampliar la verificación de antecedentes de aquellos que compran un arma.
Conocido por su contención, Obama no pudo o no quiso contenerse ayer. “Cada vez que pienso en esos niños (los de Newtown) me enfurezco”, dijo entre lágrimas el presidente, quien también lloró ante las cámaras el día de esa matanza y cuya mayor frustración en el cargo ha sido el fracaso de sus esfuerzos para reducir la violencia causada por las armas. Mark Barden, padre de uno de esos niños de Newtown, fue el encargado de presentar el discurso de Obama, quien también se acordó de la excongresista Gabrielle Giffords, presente en el acto de hoy y quien resultó gravemente herida en un tiroteo en Tucson (Arizona) hace cinco años.