Episcopado Dominicano: la corrupción va llegando a adquirir niveles indecibles

Episcopado Dominicano: la corrupción va llegando a adquirir niveles indecibles

La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) dijo hoy que siempre le ha preocupado el fenómeno de la mentalidad de corrupción en el campo de la administración, tanto pública como privada».

La declaración del Episcopado Dominicano se produce a propósito de celebrarse mañana el Día Internacional contra la Corrupción, ocasión para la cual recordaron tres pronunciamientos sustraídos de los diferentes documentos emitidos en los años 1975, 1995 y 2015, los cuales dan a conocer su posición acerca del tema de la corrupción.

En una nota colgada en su portal digital de la CED, los obispos agregaron además un texto de la Bula del Papa Francisco “Misericordiae vultus” (El rostro de la misericordia), en el que alude al tema de la corrupción e invita a la conversión.

En su mensaje correspondiente al 2015, los prelados señalan que la mayoría de los políticos dominicanos invierten sumas millonarias en las campañas electorales, con el fin de alcanzar puestos públicos donde se manejen fondos del Estado para luego multiplicar su inversión económica.
«Por su parte, las grandes empresas y negocios apoyan las campañas de los partidos y candidatos que tienen posibilidades de subir a los puestos públicos. Lo hacen con el propósito de que estos a su vez les concedan privilegios tributarios y les favorezcan con la elaboración de leyes que resulten ventajosas para sus empresas y negocios», indica.

Agregan que «así la política es vista más como un negocio que como un servicio al bien común. En este juego sucio de intereses políticos, los únicos perjudicados son los ciudadanos de la clase media y baja que son la mayoría de la población».

Mientras que en el correspondiente a febrero de 1995, señalan que «no hay entrevistador, que se nos acerque, que no nos pregunte sobre este tema. Corruptos individualmente los va haber siempre, dada la flaqueza y avaricia humanas».

Resalta que lo desgarrador es cuando la corrupción se torna “cultura”, «modo común de un pueblo, estilo de vida, de enfrentar la existencia, de resolver problemas fundamentales. Es nuestro caso”

“La honestidad e integridad es una exigencia de la mera ética natural. Y para los católicos es además una urgencia ineludible de su fe viva. No se puede ser hijo de Dios y hermano de los que nos rodean con un corazón corrupto. Decir que amamos a Dios y al prójimo y practicar

De igual forma, en el mensaje de diciembre de 1975, califican como lamentable tener que confesar que, «entre nosotros, la corrupción va llegando a adquirir niveles indecibles».

«Casi todo lo invade y lo que es peor va obteniendo carta de impunidad y de descaro público. No es algo que se trama a la sombra, se consigue ocultamente y se disfruta con disimulo al revés, se trama a gritos, se consigue a la luz pública y se disfruta con ostentación y provocación, sobre todo de los que nada o muy poco tienen, o puede tener, en este país, tierra de todos”, resaltan.

Indicaron que en la administración pública la corrupción es más execrable, ya que el empleado del Estado es un servidor del pueblo y administrador de bienes comunes, cuya obligación primordial es servir administrando o administrar sirviendo.

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