Obispos tratarán de divorciados y homosexuales y admiten menor credibilidad

Obispos tratarán de divorciados y homosexuales y admiten menor credibilidad

Ciudad del Vaticano.  Los obispos de todo el mundo tratarán en octubre en el Vaticano las nuevas situaciones sociales en la familia, como los divorciados, las parejas de hecho y de homosexuales o los métodos contraceptivos. Así lo destacó hoy la Santa Sede, que presentó los asuntos que debatirán los obispos en la próxima Asamblea extraordinaria que celebrarán del 5 al 19 de octubre bajo el lema “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización”.

En un documento que servirá de base al Sínodo, se resalta la preocupación de los obispos por las “practicas afianzadas” de los divorcios, convivencias, uniones homosexuales, o las llamadas “familias ampliadas”. Además, en el texto se señala que los escándalos sexuales, como la pederastia, y la incoherencia del estilo de vida de algunos religiosos ha tenido como consecuencia “una relevante perdida de la credibilidad moral” de la Iglesia.

Esos asuntos están recogidos en el “Instrumentum Laboris” (documento de preparación) que fue presentado hoy a la prensa en el Vaticano. Se ha elaborado con las respuestas al cuestionario, formado por 39 preguntas, que la secretaría del Sínodo de Obispos envió en 2013 a las conferencias episcopales de todo el mundo y que estas presentaron a los fieles católicos.

El texto, de unas 70 páginas, recoge las respuestas de los fieles sobre varias temáticas, las preocupaciones, reflexiones y experiencias de los obispos, pero sobre todo los interrogantes y dudas que se espera puedan resolverse en el próximo Sínodo, cuyo tema eligió personalmente el papa Francisco. En una primera parte trata sobre cómo comunicar las enseñanzas del Evangelio a las familias de hoy en día y cómo formar a los sacerdotes, partiendo de la “ley natural” de que la familia se basa en el matrimonio entre hombre y mujer. Por ello, en el documento se resalta la preocupación de los obispos por esas “practicas afianzadas”.

La segunda parte introduce lo que llaman “los nuevos desafíos” para la Iglesia católica y se enumeran los problemas para la familia actual como, “la debilidad de la figura paterna”, “la violencia” en el seno de la familia sobre las mujeres y los niños, así como ludopatía, alcoholismo, o incluso “los ritmos de trabajo intensos” que impiden dedicar atención a los hijos.

El documento también aborda lo que llama “situaciones pastorales difíciles” al hablar de convivencias y uniones de hecho, que son, a juicio de los obispos, “debidas a la escasa formación del matrimonio o la concepción del amor como un hecho privado”. Otro de los temas que afrontaran es el de los divorciados y se debatirá sobre la posibilidad de “agilizar” o “simplificar” los casos para declarar la nulidad matrimonial.

También, sobre la posibilidad de que los divorciados puedan volver a comulgar, algunas conferencias episcopales han pedido “misericordia, clemencia e indulgencia”. Sobre las uniones homosexuales, las conferencias episcopales se oponen a cualquier legislación que las permita pero se destaca que las enseñanzas católicas piden “un comportamiento respetuoso y que no juzgue a estas personas”.

Se expresa también un no rotundo a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, pero se insta a que los hijos de estas parejas que pidan el bautismo “sean acogidos con el mismo cuidado, ternura y dedicación” que los demás. La tercera parte está dedicada a la llamada “apertura a la vida y responsabilidad educativa” y se detiene sobre todo en los “métodos contraceptivos” y las dudas de los fieles, pero también los obispos “piden explicar mejor las posiciones de la Iglesia” respecto a temas como la prevención del SIDA.

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