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Aparte de los objetivos que deben alcanzarse en los órdenes político e institucional para que los municipios cumplan su papel de fortalecer la identidad y en el desarrollo social y económico de los propios municipios, debe dársele participación a éstos en la construcción de sociedades democráticas y prósperas, lo que supone fortalecer el capital social de los mismos mediante la formación de sus dirigentes e involucrarlos a los proyectos de infraestructura material y cultural del país y de su región, que son requisitos para superar la pobreza material y espiritual que padece muchos de estos.

Por estas razones, los municipios deben asociarse e involucrarse directamente en la producción y el mejoramiento constante de los servicios y participar en el desarrollo económico y social tanto de su comunidad como de su entorno, porque estimulan la solidaridad e igualdad de oportunidades, así como la participación ciudadana como componente central en un nuevo estilo de desarrollo en el que el campo, la ciudad, la región y el país formen parte de un todo en el que se construye el futuro de la nación.

Dado el reducido territorio del país, y la tradición ultracentralista de la República Dominicana, no debe pensarse propiamente en tres niveles separados de decisión sino de dos, el nacional y el local, pero quedando el regional, y al mismo tiempo tener en cuenta un nivel de desconcentración submunicipal (distritos y secciones rurales), que tengan la virtud de reducir las diferencias sociales y territoriales, garantizar la sostenibilidad ambiental y democratizar la acción del gobierno donde vive la gente.

Hay que tener en cuenta que cerca del 80% de los municipios del país están constituidos por pequeñas comunidades, para lo cual la sede geopolítica corresponde más bien a las provincias y regiones, y requieren de apoyo del Estado para incorporarse eventualmente a la dinámica socioeconómica por ser pobres desde los puntos de vista económico y social.
Por eso los distritos municipales, que son cerca de 240 no pueden actuar al margen de los 158 municipios después, a los que se debe ofrecer apoyo para administrar sus servicios elementales.

Los demás deben vincularse a los municipios plenos, donde deberán estar representados en los concejos municipales, y por una Liga Municipal regionalizada que participe activamente por el desenvolvimiento administrativo – financiero, control del medioambiente cultural de cada uno de sus municipalidades menores, aparte de la necesidades de unirse con los municipios vecinos para fortalecerse mutuamente.

Los que hemos estudiado y trabajado con la problemática, sabemos que el concepto de “región” es muy relativo, y tanto para referirnos a continente, agrandes territorios nacionales o internacionales, como a partes significativas dentro de un país, cuando se trata de estabilizarlo en términos políticos, económicos o sociales.

En nuestro país el objetivo de la regionalización debe ser lograr el máximo equilibrio posible entre diferentes territorios, y haya una red de grandes municipios que abarque todo el país.