Cuando leo sobre reforma policial pienso que aquí todo lo que se hace bien es destruido por la envidia y la mediocridad y recuerdo aquel exitoso ensayo, el Programa Policial de Integración Comunitaria (PPICO).
El general José Antonio Núñez Guzmán, recién designado jefe de la Policía visitó al padre Royo de la parroquia de Las Cañitas. Núñez Guzmán había sido un deportista quien como lanzador amarraba a los bateadores, de ahí el sobrenombre La Soga.
Ya mis dos hijos eran miembros de la Policía Nacional. Mi hijo mayor, Julio Heberto Gautreaux Martínez, tenía un grado de criminología de la Universidad de Miami y era ingeniero de combate del Ejército EE.UU. Mi hijo menor, Juan Gabriel, había pasado por la Academia de la Dirección de Control de Drogas y prestaba servicios en la Policía.
Llamé al general Vinicio Perdomo, inspector general de la Policía, a quien mi tío Delio Gautreaux le enseño música, le propuse que se aprovechara la relación con el padre Royo e iniciar un programa para mejorar las relaciones pueblo-policía.
A Vinicio y a Núñez Guzmán les pareció bien. La Soga informó al presidente Balaguer que yo era el padre de la idea y este lo aprobó. Se me asignó al coronel Crescencio Jáquez Hernández, un brillante oficial mencionado muchas veces para la Jefatura de la Policía.
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El padre aceptó la idea y la hizo suya. Invitó a los líderes de las iglesias cristianos no católicas para que nos reuniésemos en su parroquia. Acogieron la idea las bases de todos los partidos, comerciantes, amas de casas, deportistas, estudiantes, todo el barrio entendió que la unión hace la fuerza, se dejaron de lado las malquerencias y se inició el trabajo de limpieza y recogida de basura, reparación de pupitres, pintura y reparación de las escuelas e iglesias, canchas deportivas, hospitales y dispensarios.
La idea se convirtió en un verdadero movimiento de cambio que incluyó a monseñor Francisco José Arnaiz, a George Arzeno Brugal, de la fundación Brugal, al mismo tiempo jóvenes empresarios especialmente agrupados en la zona de Herrera, Freddy Beras Goico se incorporó al grupo (PPICO) se incorporó más tarde el general Juan Ramón de la Cruz Martínez, trabajador y a quien le complacía figurear.
Enviamos jóvenes a las Escuelas Laborales de las FFAA quienes serían referidos por los empresarios para emplearlos. Reparamos y construimos canchas de baloncesto, logramos que el Acueducto llevara agua, que Obras Públicas asfaltara calles. Limpiamos cañadas, tratamos con cal viva las letrinas rebozadas
Es tendiendo puentes entre policías los civiles como se logrará la integración. Sudando juntos, majando vidrios.
Las palabras y las propuestas se las lleva el viento.