Sao Paulo.- El grupo Odebrecht, implicado en un escándalo de corrupción de dimensión internacional, presionó para impedir que las autoridades de Brasil y Panamá intercambiaran información judicial, según desveló en una declaración a la Justicia divulgada hoy el exejecutivo Fernando Migliaccio.
Migliaccio, quien trabajó en el conocido como Departamento de Operaciones Estructuradas, desde donde se distribuían y registraban todos los sobornos, aseguró en su testimonio que el objetivo era trabajar para que no “fueran descubiertas las cuentas utilizadas por Odebrecht para los pagos paralelos existentes en Panamá».
La declaración revela que su colega en el departamento, Luiz Eduardo Soares, viajó “por lo menos tres veces” a Panamá para encontrarse con el entonces director general de Odebrecht en ese país, André Rabello. El asunto estaba relacionado con el “interés en frenar que las autoridades panameñas cooperaran a pedido” de las autoridades brasileñas, según afirmó en su delación premiada para buscar una reducción de su condena.
Migliaccio “recuerda que, tras la vuelta de Luiz Eduardo Soares de Panamá, este le informó que André Rabello estaba presionando al presidente de Panamá para que dejara de enviar las informaciones solicitadas por Brasil”, citó el documento.
El exempleado de Odebrecht, la mayor constructora de Brasil, confesó que Rabello tuvo acceso al pedido de las autoridades brasileñas y conocía la cooperación judicial entre ambos países. La Fiscalía panameña tiene abiertas seis investigaciones en torno a Odebrecht con al menos 17 imputados, entre ellos los hijos del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014), Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli Linares, quienes están en búsqueda y captura.
En la trama de los sobornos, la Fiscalía acusa a ambos hermanos de haber recibido al menos 22 millones de dólares de la constructora brasileña. Hasta ahora les han sido embargados dos cuentas bancarias en Suiza, un apartamento de lujo en España y un helicóptero en México.
Migliaccio contó en su declaración que “tuvo conocimiento de que André Rabello trató con el presidente de Panamá sobre el interés de la empresa Odebrecht en que el pedido de cooperación no fuera respondido a las autoridades brasileñas». Según el texto, “en ese momento en que se produjeron los contactos para asegurar el pedido de cooperación jurídica, la implicación de Odebrecht en el caso Petrobras era ya conocida».
“Odebrecht entiende que es responsabilidad de la Justicia la evaluación de los relatos específicos hechos por sus ejecutivos y exdirectivos”, respondió el grupo en un comunicado remitido a Efe. En Brasil, Odebrecht participó de un “cartel” con otras 15 importantes constructoras del país para hacerse con las licitaciones de manera fraudulenta de la petrolera estatal Petrobras, según ha descubierto la investigación, iniciada hace mas de tres años.
Las autoridades comprobaron que ese exclusivo grupo obtenía contratos amañados con Petrobras, inflaban los valores y repartían las diferencias entre directores de la petrolera estatal y partidos políticos que amparaban la práctica y legislaban a favor de esas empresas.
Según los testimonios de 77 antiguos ejecutivos divulgados en pasado abril en el marco del acuerdo de colaboración judicial, Odebrecht pagó 3.370 millones dólares en sobornos entre 2006 y 2014.
La corrupción en Odebrecht no se limitó a Brasil y se expandió por otra docena de países de Latinoamérica y África, cuyas autoridades investigan el pago de sobornos a sus políticos de parte de la constructora, entre ellos Panamá.
Además de pedir disculpas públicamente, Odebrecht ha firmado acuerdos por los que se comprometió a pagar multas millonarias multas a los Gobiernos de Estados Unidos, Brasil, República Dominicana y Suiza para compensar los actos ilícitos por los que se le investiga. Odebrecht trabaja actualmente para firmar acuerdos de ese tipo con otros países de Latinoamérica.